En medio de un clima de creciente tensión, los mandatarios de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvieron este jueves una llamada telefónica en la que discutieron temas clave de la agenda internacional, centrando la conversación en el estado actual de las relaciones económicas y comerciales bilaterales.

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Durante el diálogo, el mandatario chino instó a Washington a levantar las medidas restrictivas impuestas al Gigante Asiático tras las conversaciones sostenidas en Ginebra.

Xi afirmó que su país ha cumplido con lo pactado y subrayó la necesidad de que Estados Unidos reconozca los avances realizados: “Después de las conversaciones de Ginebra, China ha implementado seriamente las disposiciones del acuerdo alcanzado. Estados Unidos debe evaluar de manera realista el progreso logrado y cancelar las medidas negativas tomadas contra China”, expresó.

El presidente chino también señaló que, para reconducir las relaciones bilaterales, ambas partes deben mantener un rumbo firme, eliminar interferencias y evitar violaciones que afecten la estabilidad del vínculo.

Mientras china intenta reestablecer las relaciones con Estados Unidos, Washington duplicó los aranceles del 25% al 50% sobre el acero, el aluminio y sus derivados importados, una medida que, no solo perjudica a su propia economía, sino que amenaza con desestabilizar las cadenas globales de suministro e industria.

La llamada se produce tras un acuerdo alcanzado en mayo en el que ambos países pactaron una reducción mutua de aranceles, Estados Unidos se comprometió a rebajar sus gravámenes del 145% al 30%, y China del 125% al 10%, con el objetivo de abrir espacio para un acuerdo comercial más amplio.

No obstante, China acusó a Estados Unidos de incumplir lo acordado al aplicar nuevas restricciones, como controles a la exportación de chips y la cancelación de visados a estudiantes chinos.

Trump, por su parte, afirmó que durante la conversación abordaron “algunas de las complejidades” del acuerdo comercial entre las dos naciones, sin dar mayores detalles sobre posibles compromisos futuros.

La administración de Trump ha acusado a Beijín de romper la tregua arancelaria con limitaciones a las exportaciones de tierras raras, minerales estratégicos utilizados por industrias clave como la automotriz y la de semiconductores en Estados Unidos.

La escasez de estos recursos amenaza con detener parte de la producción industrial estadounidense, ya que el Gigante asiático lidera el suministro mundial de estos minerales.

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