A Rosa Meléndez le quedó grabada la palabra «atrévase», no podía sacarla de su cabeza, la escuchó en televisión, mientras una reportera de teleSUR, al despedirse, invitaba a los televidentes a enviar o contar sus historias de vida, prometiendo que se publicarían. Lo pensó un poco y finalmente grabó un video en su teléfono narrando lo que hacia para salir adelante e invitando al equipo periodístico.

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Al día siguiente Rosa, conoció a Marcos y a Yarleny, eran parte del equipo que contaría su historia en televisión y en redes sociales.

En la entrevista, Rosa, le dijo a teleSUR que es una docente de química jubilada y la necesidad movió su vida.

«En el 2016 con la guerra económica, se hacían demasiadas colas para conseguir la harina, mantequilla, leche, todas esas cosas eran horrible; entonces le dije para ese entonces a mi esposo, vamos a incursionar en los productos limpieza porque nos están dando un golpe». Rosa se refería a un golpe a las mujeres, principalmente, porque en esa época no podían conseguir a precios módicos ni toallas sanitarias.

Así iniciaron, fabricando productos de higiene personal en un departamento de 72 metros cuadrados. En los primeros años parecía un taller, ahora es una fabrica artesanal.

Su familia es parte de este emprendimiento. Rosa y su sobrina, Angy Jiménez, una joven risueña, llena de vida, mostraron paso a paso como se fabrica el jabón de tocador.

Se colocan guantes, tapabocas y anteojos de protección. Rosa da las indicaciones y Angy pesa con exactitud cada ingrediente que combinaba.

Descansan un rato y Angy comenta: «A medida que tenía más demanda el producto, necesitaba más ayuda (su tía), más manos que colaboraran¨, sonríe y levanta las manos mostrando que son el apoyo. Y agrega … no le tenemos miedo a las problemáticas que podamos tener siempre buscamos la vuelta de cómo surgir y como salir adelante».

 

La mirada cómplice de Rosa al escuchar a su sobrina enternece el momento.

Llega la hora de empaquetar cada uno de los jabones, se lee en la etiqueta «Yulymar», es la marca de fábrica artesanal.

Una perfecta presentación, ahora buscan tecnificarse y encontrar un local de mayor tamaño.

Rosa recalca que inició por necesidad y se convirtió en su medio de vida, en cada frase, uno siente que esta «artesana» de la limpieza está orgullosa de su país: «nosotros los venezolanos a pesar de las debilidades y dificultades, siempre crecemos».

 

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