Morir sin que nadie lo note
17 de mayo de 2024 Hora: 17:53
El caso de Sheila Seloane conmocionó a la opinión pública británica. La mujer de 58 años de edad murió en 2019, pero no fue descubierta hasta dos años y medios más tarde. Su cuerpo ya estaba gravemente descompuesto.
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Más joven era Laura Winham. Tenía 38 años de edad cuando murió y habría cumplido 41 cuando fue hallada, «momificada», en el año 2021.
No son casos aislados. Un estudio reciente publicado en el Journal of the Royal Society of Medicine asegura que entre 8.000 y 9.000 personas fueron encontradas en avanzado estado de descomposición sólo en 2022.
Se trata, en su mayoría, de hombres de la tercera edad: la tasa de muertes no determinadas se triplicó entre los hombres británicos mayores de 60 años de edad entre 1990 y 2010.
A su vez, la investigación señala un incremento en este hecho y utiliza como indicador el número de muertes no identificadas, que en general se corresponde con casos que, debido al paso del tiempo desde su deceso, complica la determinación de aquello que causó el fallecimiento. En Inglaterra y Gales, este tipo de muertes se quintuplicó entre 1992 y 2022. Por el contrario, la tasa de mortalidad general se redujo.
Entre las causas indicadas por la investigación se apuntan las rupturas familiares, el aumento de las tasas de separación y los cambios en las normas sociales han empujado a más personas a vivir solas.
Situación que se profundiza en los grandes centros urbanos como Londres, donde los residentes suelen vivir amontonados en pisos, muy cerca físicamente unos de otros, pero con poco contacto social. Es justamente en estos complejos, como en los que falleció Sheila Seloane, donde se registra el doble de hallazgos de cadáveres humanos en descomposición que en los suburbios.
El fenómeno también responde al cada vez mayor número de personas que viven en soledad. Según datos oficiales, en 1971 el 17 por ciento de las viviendas eran habitadas por una sola persona, mientras que en 2021, tres de cada diez viviendas cumplían con esta condición.
Ministerio de la soledad
En Reino Unido el problema no es nuevo. Ya en 2018, un estudio realizado por una comisión especial dedicada a evaluar la situación en el país señaló la existencia de una “epidemia” de soledad. La comisión vinculó el aumento exponencial de la desconexión de las personas con sus pares con el debilitamiento de una serie de instituciones que tradicionalmente tejían conexiones entre las personas, como los sindicatos, la iglesia, la familia, los pubs y los centros de trabajo.
Incluso los cajeros de los supermercados, uno de los últimos bastiones para conversar de las personas mayores solas, se están sustituyendo por máquinas automáticas.
En tanto, un reciente estudio de la London School of Economics alienta a los Estados a combatir el estigma de la soledad y concluye que prevenirla es un «buen negocio»: cada euro invertido en prevenir la soledad, indican los expertos, genera tres euros de ahorro.
La investigación estima que diez años de soledad de una persona mayor, según, suponen para las arcas públicas un sobrecosto económico de 6.000 libras (7.600 dólares), en sanidad y presión a los servicios públicos locales. Asegura, además, que el Estado debería contemplar la soledad como un asunto de salud pública, igual que la obesidad o el tabaquismo.
En ese contexto, en 2018, la entonces primera ministra de Gran Bretaña, Theresa May, creó la Secretaría de Estado de la Soledad, el cual implementa desde entonces sistemas de acompañamiento y contención de personas en soledad. «Quiero enfrentar este desafío para nuestra sociedad y para que todos tomemos medidas con el objetivo de hacer frente a la soledad que sufren los ancianos, los cuidadores, los que han perdido a sus seres queridos, las personas que no tienen a nadie con quien hablar ni compartir sus pensamientos y experiencias”, expresó en su momento.
En tanto, en abril de 2024 los legisladores británicos expusieron la necesidad de una legislación que garantice el derecho a evitar una muerte solitaria.
Soledad no deseada
El término acuñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para definir la situación que lleva a millones de personas a perder el contacto con el resto de la sociedad es el de soledad no deseada.
Según el estudio ‘Aislamiento social, soledad y depresión’ llevado a cabo por investigadores del Parc Sanitari Sant Joan de Déu, el sentimiento de soledad impuesta multiplica por cinco el riesgo de sufrir depresión, lo cual a su vez es señalada como uno de los principales problemas de salud mental de la población mundial.
Para estudiar este tipo de problemáticas, la OMS creó una comisión internacional sobre la soledad, la cual al relevar las consecuencias de la soledad no deseada, indicaron que la vida en aislamiento puede ser tan perjudicial para la salud como fumar 15 cigarrillos al día.
A su vez, este tipo de situaciones es identificada como una de las principales causas de depresión. Se estima que en todo el mundo, alrededor de 300 millones de personas padecen esta afectación a la salud mental; en Europa, de las 60.000 personas que mueren por suicidio consumado cada año, más de la mitad estaban deprimidas. En España, el suicido es la causa externa más frecuente de muerte por encima de los accidentes de tráfico, la segunda entre jóvenes de 15 a 29 años de edad.
El aumento del individualismo y la ruptura de las sociedades es indicada como uno de los principales causantes de este problema. Lo cual se vio incrementado desde la pandemia de la Covid-19, dado que muchos hábitos sociales se vieron interrumpidos.
Solos en el mundo
Reino Unido había recibido la alerta desde la OMS por ser el país europeo con el mayor número de personas –en torno a 200.000– que aseguraban sentirse solas. Sin embargo, el fenómeno no excluye a otras naciones del mundo.
En Corea del Sur se aprobó una ley específicamente para atender esta problemática en el año 2021. El hecho se denomina «godoksa» o «muertes solitarias», y en el año de la promulgación de la legislación fueron identificadas 3.378 muertes de este tipo.
En España, un país que envejece a ritmo acelerado, uno de cada tres mayores de 75 años de edad está en esta situación. En este tipo de población, una caída o un accidente doméstico lejos del teléfono para llamar a emergencias, en soledad, puede ser fatal.
América Latina no escapa a este fenómeno social generalizado a nivel global. En una encuesta de Ipsos realizada en 2020 la empresa eligió al azar a cinco países de la región, en los que entrevistó a más de 15.000 personas, revelando que en Brasil un 36 por ciento de los encuestados decía sentirse solo de cara al 2021, en Perú un 32 por ciento, en Chile esta cifra supuso un 30 por ciento, mientras que en México y Argentina un 25 por ciento.
Pero la particularidad de está región es que la sensación de soledad es mayor en jóvenes. Un reciente estudio realizado por Gallup y Meta revela que un importante porcentaje de jóvenes se sienten muy o bastantes solos: Bolivia (31 por ciento) encabeza la lista (de los países seleccionados para el gráfico), seguido por Chile (30 por ciento) y Argentina (28 por ciento).
Autor: teleSUR - Nicolás Hernández