Legado que Pancho Villa dejó a México

El nombre de Pancho Villa evoca imágenes de coraje y determinación, y su legado perdura en la memoria de México y del mundo. Fuente: Gobierno de México.


5 de junio de 2024 Hora: 10:22

El Centauro del Norte siempre será recordado por su lucha a favor de los más desfavorecidos, por su destacado papel en la Revolución Mexicana y su legado en la historia y la cultura mexicana.

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José Doroteo Arango Arámbula, más conocido como Francisco o Pancho Villa, fue un militar mexicano que se destacó como uno de los principales jefes de la Revolución Mexicana, reconocido como un ícono popular de la cultura de ese país.

Entre las lecciones que nos deja el villismo está que, ante una injusticia de acaparamiento de sus tierras, el pueblo puede llegar a un punto en el que es capaz de organizarse, levantarse y luchar contra los que se apropian indebidamente de ellas.

El general Francisco Villa “sigue constituyendo en la historia del país y en el imaginario histórico colectivo una curiosa mezcla, un defensor de la democracia y la no reelección, un soldado incansable, un formidable estratega, un defensor a ultranza de los pobres y, sin duda alguna, uno de los precursores de las grandes batallas”. 

Su lucha por los derechos de los campesinos y su compromiso con la justicia social resonaron en todo México y más allá. 

El Centauro del Norte, como también se le conoce, nació el 5 de junio de 1878 en La Coyotada, Municipio de San Juan del Río, Durango, hijo de Agustín Arango y Micaela Arámbula, aparceros en la Hacienda Gogojito, propiedad de la familia López Negrete.

La vida de José Doroteo no fue fácil, desde niño tuvo que trabajar duro y al fallecer sus padres asumió la responsabilidad de la familia, por lo que nunca fue a la escuela.

Cuando tenía apenas 16 años un hecho cambió su vida, un terrateniente de la familia López Negrete intentó deshonrar a su hermana, y Pancho Villa le disparó, teniendo que huir a las montañas.

Es en esa etapa donde adquiere experiencia en la geografía, manejo de armas y caballos, que le ayudarían a destacarse como revolucionario.

El joven comenzó a ayudar a los más pobres y desfavorecidos de la zona y sus hazañas empezaron a conocerse, convirtiéndose en algunos de los temas preferidos de los corridos que se cantaban en plazas y cantinas.

Ya en el año 1900, Pancho Villa se establece en el estado de Chihuahua para luchar contra los terratenientes que se enriquecían con leyes injustas y oprimían a la clase trabajadora.

Al iniciar la Revolución Mexicana en el año 1910 se une a las filas maderistas, participando de forma activa en la lucha contra el Ejército Federal.

Pancho Villa demostró habilidades innatas para la guerra, lo que le ayudó a salir victorioso en varias batallas como en Ciudad Juárez, Ojinaga, Torreón, Tierra Blanca, Zacatecas, Paredón y Sayula, entre otras.

La Revolución Mexicana culminó oficialmente con la promulgación de la nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917.

Luego del triunfo, Madero no consiguió satisfacer a otro importante líder revolucionario, Emiliano Zapata, quien lo apoyó con la condición de que llevara a cabo una reforma agraria, y al ver frustrados sus objetivos lo tachó de traidor.

Por otra parte, el general Pascual Orozco hizo lo mismo, lo acusó de incumplir el Plan de San Luis, y encabezó una sublevación en marzo de 1912 y para detenerlo se le confió a Victoriano Huerta el mando de las tropas, sumando también a los hombres de Pancho Villa.

Al final, Huerta, quien traicionó, acusó a Pancho Villa de insubordinación, depuso a Madero y lo mandó asesinar.

Mientras Pancho Villa fue condenado a muerte, pero gracias a la ayuda de Gustavo Adolfo Madero, fue trasladado a una prisión de la capital donde aprendió a leer y a escribir, y de donde se fugó en noviembre de 1912.

Pancho Villa y Emiliano Zapata unieran sus fuerzas en contra el régimen dictatorial de Victoriano Huerta y más tarde a su vez con Venustiano Carranza, gobernador del estado de Coahuila y autoproclamado primer jefe del ejército constitucionalista, pero pronto también hubo una ruptura entre ellos y Carranza prohibió la entrada de los hombres de Villa y Zapata en Ciudad de México.

En el año 1914, tras la Convención de Aguascalientes, los líderes agraristas negaron disolver sus ejércitos y reconocer la autoridad de Carranza, lo que hizo que este se retirase a Veracruz y estableciera allí su Gobierno.

A finales de ese mismo año, Villa y Zapata entraron en Ciudad de México al mando de sus tropas y confiaron la presidencia del Gobierno revolucionario primero a Eulalio Gutiérrez y después a Roque González Garza.

Pancho Villa fue asesinado a balazos el 20 de julio de 1923. En 1926 su tumba fue profanada, su cabeza desapareció y desde entonces se desconoce su paradero.

Su figura ha sido objeto de numerosas obras literarias, cinematográficas y artísticas que buscan capturar su espíritu indomable y su impacto en la sociedad.

Autor: teleSur - idg - JCM

Fuente: Museo Espacio - Gobierno de México

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