Dos niños palestinos, Yousef Al-Safadi y Abdul Hamid Al-Ghalban, murieron debido a la desnutrición aguda que sufrían como resultado de la política de hambruna en Gaza desarrollada por el Ejército sionista en los territorios palestinos ocupados.

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La crisis humanitaria en el enclave palestino se agudiza drásticamente, con más de 17.000 niños de la Franja sufren desnutrición aguda. Es el caso de Mohammed Emad al Din, de profesión barbero ypadre de dos niños quien relata que sus hijos «solo han comido un pequeño plato de lentejas en los últimos tres días«. Además, denuncia el encarecimiento extremo de la comida debido a la escacez y da como ejemplo el precio del kilo de harina, que a mediados de julio él la vio hasta en 80 dólares el kilo.

La barbería de Emad el Din fue afectada por los bombardeos y ya no puede pagar la comida con la que alimentar a su familia.

En este marco, el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) advirtió que la desnutrición entre los niños menores de cinco años se duplicó entre marzo y junio a consecuencia del bloqueo israelí a la Franja de Gaza.

Los centros de salud de UNRWA realizaron aproximadamente 74.000 exámenes, identificando alrededor de 5.500 casos de desnutrición aguda grave y más de 800 casos de emaciación crítica.

Incluso, la propia UNRWA confirmó que recibe «mensajes desesperados de hambre» de su personal en la Franja de Gaza.

En tanto, las fuerzas israelíes han matado al menos a 43 palestinos, incluidos 10 solicitantes de ayuda, en ataques en Gaza desde el amanecer del martes, un día después de que los tanques avanzaran hacia partes del sur y el este de Deir el-Balah por primera vez.

Por otro lado, los hospitales de Gaza están desbordados con cientos de pacientes de todas las edades que padecen hambre y agotamiento extremos, muchos de ellos llegando en estado crítico.

Además de la falta de camas, medicamentos y suministros, el personal médico reporta casos de pérdida de memoria y fatiga extrema causados por la inanición prolongada.

La agresión israelí también provocó que muchos bebés nazcan de forma prematura debido a la mala alimentación que sufren sus madres, quienes luego no pueden amamantarlos debidamente.

Esto es debido a la falta de alimentos y agua es una realidad palpable en toda la Franja, pero es especialmente crítica en el norte, donde no hay complejos instalados de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF) encargada del reparto de comida, y donde no están llegando camiones con ayuda.

Muchas familias en Gaza sobreviven comiendo una vez al día una dieta poco nutritiva, basada mayoritariamente en hidratos como arroz o pan, y sin acceso a alimentos frescos debido a las restricciones que Israel sigue imponiendo a la entrada de ayuda.

El precio de la harina, un alimento básico, era a principios de julio 3.000 veces superior al de antes de la guerra, según denunció el Programa Mundial de Alimentos (PMA). 

Mientras tanto, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, denunció que tienen cerca de 6.000 camiones cargados con alimentos, medicinas y suministros médicos estacionados en Jordania y Egipto, esperando la autorización de Israel para ingresar a la Franja.

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