En la última actualización, el ministerio de Salud de Palestina informó que el número de muertos por la agresión israelí en Gaza ascendió a 52.495, la mayoría de los cuales son niños y mujeres.

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La entidad sanitaria también reportó que un total de 118.366 de ciudadanos palestinos resultaron heridos desde el comienzo del genocidio israelí en el enclave, el 7 de octubre de 2023.

Según fuentes médicas, el saldo incluye 2.326 civiles muertos y 6.325 heridos sólo desde el pasado 18 de marzo.

El ministerio indicó, además, que muchas víctimas permanecen enterradas bajo los escombros o dispersas a lo largo de las carreteras, mientras que los equipos médicos de emergencia y de defensa civil siguen enfrentándose a desafíos insuperables para llegar a las zonas afectadas.

En las últimas 24 horas, los hospitales de Gaza han recibido los cadáveres de 77 personas, junto con otras 275 víctimas lesionadas.

Continúa el genocidio

Desde la agencia de noticias palestina WAFA comunicaron que 19 ciudadanos murieron y otros resultaron heridos en la mañana de este sábado, durante el bombardeo de la ocupación israelí a viviendas civiles y tiendas de campaña para personas desplazadas en la ciudad de Khan Yunis, al sur de la Franja de Gaza.

Por otro lado, las fuerzas de ocupación israelíes continúan su agresión en la ciudad de Tulkarm y su campamento por 97º día consecutivo, y por 84º día en el campamento de Nur Shams, en medio de una escalada en curso sobre el terreno.

Al mismo tiempo, diez ciudadanos palestinos murieron y otros resultaron heridos el sábado cuando las fuerzas de ocupación israelíes bombardearon una casa al este de la ciudad de Gaza.

Fuentes locales informaron que equipos de defensa civil y de rescate recuperaron los cuerpos de diez palestinos muertos después de que aviones de guerra israelíes bombardearon la casa de la familia Ghattas en la calle Nazir, en el barrio de Shuja’iyya.

Por su parte, la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, expresó que los niños en el enclave no solo se han enfrentado a bombardeos incesantes, sino que también se ven privados de bienes y servicios esenciales y atención vital.

“Con cada día que pasa el bloqueo de la ayuda, se enfrentan al creciente riesgo de hambruna, enfermedad y muerte; nada puede justificarlo”, dijo Russell. “El mar que usaban para pescar se ha visto restringido. Las panaderías están cerrando, la producción de agua está disminuyendo y los estantes de los mercados están casi vacíos”, reza el comunicado publicado por Russell.

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