El pasado 1° de marzo, el presidente argentino Javier Milei anunció el cierre de una de las principales agencias de noticias de Latinoamérica, Télam.

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En la madrugada del lunes, la sede fue vallada por las fuerzas de seguridad, los trabajadores recibieron un mail con una “dispensa laboral” de una semana y el portal web dejó de funcionar.

Además de dejar a 781 trabajadores sin empleo,la decisión del Ejecutivo argentino significa el final de una institución con casi ocho décadas de trayectoria y de una importancia estratégica tanto para el país austral como para toda la región.

 

Como respuesta, trabajadores y organizaciones gremiales apelarán a la vía judicial para revertir el cierre.

La figura jurídica en la cual se inscribe Télam es la de una “Sociedad del Estado”, y esta reglada por la Ley 20.705, promulgada en el año 1974. La norma señala que «sólo mediante autorización legislativa podrá el Poder Ejecutivo resolver la liquidación de una sociedad del Estado».

Sin embargo, Milei derogó la mencionada Ley con el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23, lo cual deja un gris jurídico que se resolverá en los tribunales. Además, este decreto podría ser rechazado por el Senado en las próximas semanas.

Mientras tanto, los trabajadores mantienen un acampe frente a la sede de la institución periodística en la Ciudad de Buenos Aires.

Desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), señalaron que «el cierre de Télam no sólo sería ilegal sino también ilegítimo. Se trataría de un ataque a todo el sistema de medios, público y privado, al pluralismo y al federalismo».

Expresión del soberanismo y la lucha contrahegemónica

Télam fue creada el 15 de abril de 1945 por el entonces secretario de Trabajo y Previsión, Juan Domingo Perón, y su nombre deriva del original “Telenoticiosa Americana”.

Fue fundada con el objetivo de contrarrestar la hegemonía informativa de las agencias extranjeras en los inicios de la Guerra Fría, sobre todo las estadounidenses Associated Press y United Press International, que acaparaban la cobertura de todos los sucesos de la región para el resto del mundo.

A lo largo de su historia, Télam sufrió siete intentos de ser cerrada, vaciada o privatizada. Sin embargo, Gustavo CIrelli, gerente de Periodismo y Contenidos Digitales, destaca que el organismo siempre mantuvo su objetivo fundacional: “el fortalecimiento de la soberanía informativa desde la identidad nacional que pone por sobre todo el acceso y la circulación de la información en manos del conjunto de la sociedad como un derecho humano irrenunciable en contraposición a los fines comerciales de un sistema de medios tradicional que se fue concentrando a lo largo de este tiempo y que, en la actualidad, exhibe más que nunca cómo los intereses extra periodísticos definen sus agendas».

Antes de su cierre, la empresa periodística contaba con 803 medios suscriptos, nacionales e internacionales.

A su vez, 63.000 usuarios interactuaban mensualmente con la cablera, y en 2024 recibió un promedio de 227.000 visitas diarias a su sitio web, 115.575.000 impresiones del portal y 2.911.469 que hacen clic, una facturación anual de 1.333 millones de pesos y una exportación de servicios estimada en 117.420 USD anuales.

Más allá de la redacción central, la agencia contaba además con más de 50 cronistas distribuidos en 27 corresponsalías en todo el país, incluida una itinerante en la Antártida y cuatro en el exterior: Chile, Brasil, Londres y Vaticano. A esto, el área Télam Digital suma un servicio de contenidos de acceso libre desde su sitio web y redes sociales.

En tanto, los archivos de Télam cuentan con 38.000 registros audiovisuales, más de 2.990.000 documentos periodísticos, un millón y medio de negativos, y mas de 50.000 fotografías blanco y negro en papel.

Una pérdida para la región

De los 33 Estados soberanos en América Latina y el Caribe, al menos diez de ellos cuentan con este tipo de agencias.

En perspectiva, la región cuenta con “la segunda menor proporción de presencia de agencias estatales entre las regiones del mundo, solamente detrás de Oceanía (islas del Pacífico), donde no hubo ninguna agencia estatal localizada para 15 países soberanos (y diez dependencias)”, explica el investigador y periodista brasileño, Pedro Aguiar, en su artículo “Agencias de Noticias de América Latina en el siglo XXI: informe preliminar de investigación”, publicado en 2015.

Sin considerar la agencia argentina, actualmente cuentan con este tipo de servicios Brasil (Agência Brasil), Perú (Andina), Jamaica (Jamaica Information Service), Bolivia (Agencia Boliviana de Información), Cuba (Prensa Latina y ACN), Barbados (BGIS), Haití (Agence Haïtienne de Presse), Venezuela (AVN), Paraguay (IP) y Guatemala (AGN).

En tanto, la pérdida para Argentina es aún mayor, debido al despliegue en el amplio territorio del país. El medio que podría equipararse es Radio Nacional, con unas 60 emisoras, aunque también Milei anunció su próximo cierre.

 

En los medios privados prima un régimen de contratación flexible de corresponsales y colaboradores, en los cuales subordina el criterio de noticiabilidad a intereses mercantilistas y no a la garantía del derecho a la comunicación.

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