La Conferencia Episcopal en El Salvador expresó en una Carta Pastoral que la justicia en el país sudamericano debe revisar los casos de detenidos con gran objetividad, para lograr que los que son inocentes «salgan de ahí lo más pronto posible».

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La institución católica, conformada por todos los obispos que ejercen una labor pastoral en El Salvador, también exigió «no colaborar en la lucha de los grandes países colonizadores contra los migrantes».

Desde la Conferencia Episcopal argumentaron que la migración es un derecho humano y, citando al póstumo papa Francisco agregaron que «conflictos, desastres naturales, o más sencillamente la imposibilidad de vivir una vida digna y próspera en la propia tierra de origen obligan a millones de personas a partir».

Siguiendo esta línea, la institución religiosa insistió en que los migrantes «no son ni delincuentes ni criminales».

«Son personas que buscan mejores oportunidades de vida. Son hermanos nuestros», reza en el comunicado.

De este modo, la Conferencia Episcopal solicitó a las autoridades salvadoreñas no promover las cárceles dentro del país sudamericano para las víctimas de las políticas antiinmigrantes de potencias extranjeras.

Asimismo, la misiva recoge la exigencia de no perseguir a los defensores de Derechos Humanos por ejercer su función, «y, si en dado caso hay algunos presos sin más motivo que la defensa de estos derechos, deben ser estudiados sus casos y de inmediato puestos en libertad».

En lugar de esto, aseguró la institución católica, «se debe promover una política en favor de los migrantes, con fronteras abiertas e inserción en la economía como mano de obra».    

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