Banana y plátano de producción nacional en la mesa venezolana
23 de febrero de 2024 Hora: 14:33
Este es uno de los alimentos fundamentales de la cocina venezolana y caribeña. Su consumo pasa por la herencia popular, hasta las elaboraciones gourmet.
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A 110 kilómetros al occidente de Caracas están las zonas agrícolas del estado Aragua. Allí existen grandes extensiones de cultivos de plátanos y cambur, como se conoce en Venezuela a la banana. Son plantaciones de musáceas, una familia de plantas que produce cuatro tipos de frutos. En la finca de Ricardo Goncalvez se producen dos de sus variedades: los plátanos verdes y los cambures.
Ricardo Goncalvez es agricultor de esta parcela de tierra y cuenta que desde hace dos años comenzaron con éxito la siembra de plátanos, cultivo que nunca habían desarrollado en la zona. «Se manejaba nada más en el sur del lago, en Maracaibo y en Barinas y ahora probamos que aquí en Aragua también producimos plátano, aparte del banano, que son dos cosas muy distintas».
Como parte de la diversificación de cultivos, los campesinos aprovechan la tierra abonada para sembrar cebollín y otras plantas pequeñas. Así, reutilizan y ahorran recursos, además de ampliar sus ganancias, «de manera que igual aplicamos herbicida y el control de maleza, y tenemos durante los 90 días el proceso del crecimiento del cebollín, junto con el plátano», amplía Ricardo Goncalvez.
El trabajo del campo es siempre demandante: deben estar pendiente de las malezas, de las plagas, de la siembra y cosecha a tiempo. Una cuadrilla limpia las matas de plátanos y hace controles de fertilidad, al mando del señor Bonifacio Silva. «Hay que mantener la mata bonita, tanto el plátano como el cambur, porque el cambur es más delicado que el plátano», dice este campesino curtido por la tierra.
La experiencia de Bonifacio sirve para entrenar a jóvenes como Víctor, que con sólo cuatro meses de trabajo es experto enmallador de racimos, una labor que realizan para mantener control de las semanas de maduración de los lotes, con mallas de distintos colores y para que el racimo crezca recto y “más bonito”.
Gracias al conocimiento de los más antiguos, y su fuerza, Víctor se abre paso entre las hojas y coloca la malla en menos de un minuto: ¡todo un récord! «Mientras está enmallado no hay ningún animalito que se le pegue (al plátano), y de ahí su calidad», asegura Víctor Sánchez.
El «cambur» y su música
En Venezuela se le llama cambur al tradicional banano. El origen de esta denominación no es claro, pero hay una pista: África. Se cree que la palabra camburi o cambure es de origen guanche, un pueblo africano que pobló las Islas Canarias antes que los españoles.
Con la colonización, la palabra se extendió a varias zonas del Caribe, pero en Venezuela llegó para quedarse. En Caracas o en Maracaibo, te mirarán extraño si pides un banano en vez de cambur.
Su uso va más allá el ámbito culinario: la música se apropió del vocablo, tanto así que el cuatro venezolano, se afina cantando cam-bur pin-tón, como cuatro notas musicales de sus cuatro cuerdas. Pero, volviendo a la fruta, su cultivo es similar al plátano tradicional, aunque requiere algunos cuidados extras.
De eso cuenta Goncalvez, «en cuanto al cambur se le da segundo corte, se le deja un hijo, y luego de este hijo él produce otro hijo. En cuanto a las bolsas, es un manejo que se le da para la protección de la fruta en cuanto a los insectos, y cualquier rayadura. Así no permitimos que dañe la fruta y sale totalmente limpia, una fruta limpia».
Cuando es la época de corte, los productos se lavan, se sellan, para evitar que sigan manchando y se preparan en cajas. De ahí viajan kilómetros hasta todos los puntos de la geografía venezolana: llena los mercados y las mesas.
Autor: teleSUR - Leonel Retamal Muñoz