El portavoz del Gobierno griego, Stelios Petsas, señaló que unos 13.000 refugiados se encuentran sin techo en la isla griega de Lesbos tras dos incendios desatados esta semana, y que habrían pasado estas dos últimas noches en una carretera que rodea lo que era el campo de refugiados quemado.

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De acuerdo al propio portavoz gubernamental, ese número de personas estarían sin poder comer ni beber nada desde el martes por la noche, aunque esta no es la mayor preocupación que se cierne sobre los refugiados, sino los posibles contagios por la Covid-19.

Las autoridades griegas dijeron que ya ha comenzado la operación de hacer pruebas de Covid-19 a gran escala y han sido enviados a la isla 19.000 test, asunto que preocupa dada las condiciones de insalubridad y hacinamiento.

El campo de Moria, el incendiado dos veces, llevaba una semana en cuarentena tras la aparición de un primer caso de Covid-19 en un refugiado somalí y la detección posterior de otras 35 personas que habrían entrado en contacto con él.

El Gobierno griego ha advertido que los incendios serían intencionales, y que los autores pensaban que de esta manera podrían provocar su salida de la isla, pero "no se irán", salvo los menores no acompañados que ya han salido, añadió el portavoz.

De esta manera, se suma una nueva crisis sobre los migrantes refugiados que se encuentran en la isla de Lesbos, quienes ya sobrevivían en condiciones precarias y en medio de un limbo jurídico por entrar a Europa.