Los países de la Unión Europea (UE) han "fracasado en el reparto" establecido para hacer frente a la crisis de refugiados que cerró el año 2015 con 60 millones de personas que huyeron de sus países.

El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean Claude Juncker, admitió que el organismo no ha cumplido con la reubicación de los refugiados y criticó que "algunos" de los países miembros de la Unión Europea "no hacen lo que les corresponde" ante la situación que ha sido calificada como la peor desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, para Juncker, el fracaso de las políticas europeas para la recepción de refugiados no es responsabilidad de la CE, sino de determinados países.

"No es que la CE no haya cumplido, sino que algunos Estados miembros no han cumplido", apuntó y añadió que la Unión Europea está "ante una crisis de credibilidad tremenda por no conseguir cumplir lo que en principio y también a nivel jurídico y político hemos decidido".

Asimismo, lamentó que la propuesta de reubicación de los refugiados en Europa "no se trasponga en la práctica.

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Asimismo, se manifestó preocupado por  la posibilidad de que el sistema de viajes sin pasaporte en Europa se desmorone y aseguró que en ese caso mantener la divisa única sería inútil.

"(La zona de libre tránsito) Schengen es uno de los mayores logros del proceso de integración europeo. Sin Schengen, sin el libre movimiento de trabajadores, sin libertad de tránsito para los ciudadanos europeos, el euro no tiene sentido", dijo.

Aseguró que un escenario de fronteras internas aumentaría el desempleo en la Unión Europea. "Menos Schengen significa menos empleo, menos crecimiento económico", enfatizó.

En contexto

ACNUR señala que los conflictos y las situaciones de persecución han generado que una de cada 122 personas sea actualmente víctima de desplazamiento forzoso tras haber sido obligada a abandonar su hogar.

Asimismo, precisó que más de un millón de migrantes y refugiados han llegado a Europa por mar en 2015, no obstante, el bloque europeo sigue sin acordar una política común para hacer frente a la llegada de millones de personas que huyen de la guerra y la pobreza en Oriente medio y África.

A pesar de que el seno de la Unión Europea ha condenado la política contra los refugiados siguen sin llegar a un consenso sobre la cuota de personas que cada país miembro debería recibir.

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