La televisión estatal siria calificó de "acto de agresión " el ataque con más de 50 misiles Tomahawk a una base aérea de Siria, lanzados por el Ejército estadounidense desde dos buques de guerra en el mar Mediterráneo.

El ataque ocurre un día después de que el mandatario estadounidense dijera que el ataque químico en Idlib (Siria) había "cruzado muchas líneas" y que estudiaría tomar medidas militares ante esa "grave situación".

La excusa del ataque con misiles es un supuesto ataque químico en la provincia de Idlib, del que Estados Unidos acusa al Gobierno de Bashar Al Assad, quien asegura que sus tropas militares no han ejecutado labores en Idlib y mucho menos con armas químicas porque no las poseen.

Siria no solo ha desmentido ser responsable del ataque, sino que reiteró una vez más que nunca han usado gases tóxicos en ninguna ciudad o pueblo sirio, y recordó que el Ejército no tiene ningún tipo de armas químicas ni busca adquirirlos.

Además de cumplir todas sus obligaciones con la Convención sobre armas químicas desde su adhesión a la Convención en 2013, Siria denuncia que son las organizaciones terroristas armadas y sus operadores los que han ejecutado estos ataques para acusar al Estado sirio.

Un funcionario estadounidense dijo a NBC que Trump habría avisado del ataque con misiles a la base siria a varios países, pero no a Rusia. Justo antes, Moscú advirtió a Washington que habrían "consecuencias negativas" si ejecutaba una acción militar contra Siria, tras una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.