Más de 56 millones de personas en 17 países del mundo se encuentran en crisis o emergencia en materia de seguridad alimentaria como consecuencia de los conflictos prolongados existentes en esas regiones, situación que obstaculiza los esfuerzos para erradicar la malnutrición.

"Los conflictos son una de las principales causas del hambre: cada hambruna en la era moderna se ha caracterizado por un conflicto", señala la introducción del informe.

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Así lo han advertido José Graziano da Silva, director de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y Ertharin Cousin, directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en un informe conjunto publicado este viernes por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU).

Países en crisis y en emergencia alimentaria

El primer país en encabezar la lista es Yemen. Allí, 14 millones de personas (más de la mitad de la población) están en estado de crisis o emergencia según la escala de Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF).

A él le sigue Siria, con 8,7 millones de personas en necesidad urgente de ayuda alimentaria y medios de subsistencia. Esta cifra es el 37 por ciento de la población que se encontraba en el país antes del conflicto. El siguiente en la lista es Sudán del Sur. Con una situación cada vez peor, en el país africano tiene a 4,8 millones de personas que necesitan ayuda alimentaria urgentemente. Esto es casi el 40 por ciento de su población.

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Otros países tienen menor número de personas en situación de inseguridad alimentaria, pero en porcentaje suponen más de la mitad del total de la población de esas regiones. Ellos son el Líbano, con los refugiados sirios en urgencia alimentaria; Burundi y Haití, con un nivel 3 y 4 en la escala CIF respectivamente; República Centroafricana está en nivel 3 o en peor situación.

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Las regiones africanas se encuentran en una situación más deteriorante al tener en cuenta la presencia del grupo extremista Boko Haram, que ha triplicado el número de desplazados en los últimos dos años en la región del lago Chad, que abarca Nigeria, Níger, Chad y Camerún, lo que ha elevado los niveles de hambre y malnutrición.

Los conflictos también han afectado la seguridad alimentaria en la República Democrática del Congo, Guinea Bissau, Costa de Marfil, Liberia, Mali, Somalia, Sudán, Irak y Afganistán.

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El informe de la FAO y PMA indica que los conflictos socavan la seguridad alimentaria de un país en múltiples maneras:

1. Destruyen los cultivos, el ganado y las infraestructuras agrícolas;

2. Perturban los mercados porque causan desplazamientos a causa del miedo e la incertidumbre sobre como dar respuesta a las necesidades futuras

3. Dañan el capital humano.

4. Contribuyen a la propagación de enfermedades.

5. A esto se agrega el difícil acceso para gobiernos y organizaciones humanitarias para ayudar a los más necesitados en las zonas de conflicto.

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ONU: paz para acabar con el hambre

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), recalcó que es prioritaro consolidar la paz para acabar con el hambre en el mundo: "La Agenda 2030 reconoce la paz como una condición de valor umbral vital para el desarrollo, así como un resultado del desarrollo por derecho propio", subrayó.

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De acuerdo a sus estimaciones recientes, aproximadamente la mitad de los pobres del mundo viven hoy en países caracterizados por conflictos y violencia y tienen hasta tres veces más probabilidades de estar subalimentadas que aquellas personas que viven en zonas más estables.

Lo grave de la situación es que los países en situación de post-conflicto que tienen, además, elevada inseguridad alimentaria son un 40 por ciento más propensos a recaer en un conflicto en un intervalo de tiempo de 10 años. Si no se combaten los altos niveles de hambre en esos países, entonces nuevas situaciones de violencia ocurrirán y se iniciará el circulo vicioso al no haber un ambiente propicio para satisfacer las necesidades alimentaria de la población, concluye la ONU.