El Fondo Monetario Internacional (FMI) saludó este jueves las medidas económicas neoliberales aplicadas por el Gobierno del presidente interino de Brasil, Michel Temer, para "estabilizar" la trayectoria de la deuda en momentos "difíciles" para el país. 

Para el portavoz del FMI, Gerry Rice, el trabajo que adelanta Temer por liberar al país de la presunta deuda que adquirieron los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, confirma el interés de su Gobierno de mantener buenas relaciones con la institución que él representa. 

"Desde luego, esperamos que las muy necesitadas reformas económicas puedan ser aplicadas con prontitud para ayudar a Brasil a superar el actual contexto difícil", dijo el funcionario en rueda de prensa desde Washington (capital de Estados Unidos). 

Sin embargo, Rice ignoró los logros sociales en materia de salud, deporte, vivienda y educación alcanzados bajo los Gobiernos socialistas de Lula y Dilma y no hizo mención a la separación arbitraria e ilegal de la jefa de Estado de su cargo, mediante la figura del juicio político.

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"Creemos que los anuncios realizados por el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, han sido positivos para el país", dijo el funcionario sobre las medidas económicas anunciadas por el Gobierno interino de Brasil. 

A su juicio, Brasil deberá fortalecer su marco macroeconómico para garantizar el retorno de la confianza y la inversión internacional. “Damos la bienvenida al énfasis del ministro Meirelles en la necesidad de estabilizar la trayectoria de la deuda y preservar el sistema de seguridad social a través de reformas que aseguran su sostenibilidad financiera a largo plazo", apuntó.

El 12 de mayo de 2016 Michel Temer asumió como presidente interino de Brasil durante una ceremonia privada celebrada en la sede del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), donde prometió cambios severos en la economía, principalmente en cuanto a la potenciación del sector privado.

Durante su primera intervención como mandatario interino, recalcó que una de las principales medidas será "recuperar" la economía de Brasil a través de convenios con el sector privado. "El Gobierno no puede sobrellevar todas las demandas de un pueblo, se necesita la inversión privada y eso es lo que yo haré", aseguró.

El político, acusado de corrupción, recalcó que mantendrá los programas sociales emprendidos por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sin embargo, su proyecto de Gobierno orientado a la privatización contrasta con sus declaraciones.