El Gobierno de Estados Unidos reconoció este jueves por primera vez que en los bombardeos aéreos contra el autodenominado Estado Islámico (EI) en Siria e Irak muchos civiles han perdido la vida. 

A través de un comunicado, el Departamento de Defensa de EE.UU. admitió que al menos dos niños perdieron la vida durante los ataques contra el grupo armado en Siria e Irak, realizado en noviembre de 2014 por la coalición internacional liderada por ese país norteamericano.

En ese contexto, un portavoz del Pentágono informó que el Ejército de EE.UU. examinó 46 informes separados de víctimas civiles de los cuales 35 fueron catalogados como "no creíbles" o el departamento no tenía suficiente información para evaluarlos. 

Este miércoles, el EI tomó el control de la histórica ciudad de Palmira situada en el desierto de Siria, provocando la huída de los residentes locales. 

En mayo de 2015 el jefe del Departamento de Defensa de los Estados Unidos (EE.UU.), Ashton Carter, confirmó el inicio de la preparación de un primer grupo de los llamados “opositores sirios moderados” que “combatirán” al EI.

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Siria e Irak son víctimas de una ofensiva financiada por Estados Unidos y sus aliados occidentales cuyo objetivo es el derrocamiento del presidente sirio Bashar Al Assad. Como consecuencia de la guerra, cerca de 50 por ciento de los sirios han tenido que abandonar sus hogares.

A mediados de febrero de 2015, el Centro Nacional de Antiterrorismo de Siria (NCTC), reveló que al menos unos 20 mil extranjeros procedentes de 90 países del mundo se unieron a las filas del EI, de los cuales unos tres mil 400 provienen de países occidentales.