La Organización de Naciones Unidas (ONU), pidió este jueves al Gobierno australiano evitar una situación de “emergencia humanitaria” en un campo de detención de refugiados instalado en Papúa Nueva Guinea. 

“ACNUR ha estado monitoreando la situación en la isla de Manus en previsión del cierre del 'Centro de Procesamiento Regional' y la reducción o descontinuación de servicios críticos y arreglos de apoyo. Dos miembros del personal se encuentran actualmente sobre el terreno y han tenido la oportunidad de observar el proceso de cierre de primera mano”, indicó la organización a través de un comunicado. 

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A pesar de que las autoridades han cortado el servicio de agua y el suministro de electricidad por el cierre del centro, hay 600 hombres atrincherados en la zona, ya que los inmigrantes no se quieren desplazar al centro de transición por temor a su integridad física. 

La ONU señaló que los refugiados y solicitantes de asilo recurrieron a almacenar agua en contenedores de basura y a construir sistemas improvisados de captación de lluvia. 

Además, no reciben alimentos desde el 29 de octubre. La última ración de rubros proteicos sólo les fue suficiente para abastecerse por dos días. 

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Muchos de los internos en Manus han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria; otros han escapado de la discriminación como las minorías rohingya en Myanmar, o bidún, en la región del Golfo.

Los inmigrantes, en su mayoría considerados refugiados, fueron trasladados a Manus y Nauru tras ser interceptados por las autoridades de Canberra en su travesía en barco hasta Australia.