La víspera del histórico recibimiento del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en Cuba genera expectativa, pero también indignación en algunos opositores que planean desestabilizar la isla durante la estadía del mandatario norteamericano. 

Según el bloguero Raúl Capote, grupos de oposición financiados por EE.UU. en la nación antillana están preparando saboteos para la llegada de Obama a la isla, una de las primeras trabas es la iniciativa del líder de la organización Damas de Blanco, Berta Soler, "quien ha ido a EE.UU. para reunirse con grupos de terroristas para planificar acciones en contra de la visita del mandatario", sostiene Capote, citado por RusiaToday. 

Obama se convertirá en el primer presidente estadounidense que viaja Cuba en más de 80 años. El único estando en funciones que visitó la isla antes que él fue Calvin Coolidge, en enero de 1928, para asistir a la Sexta Conferencia Anual Internacional de Estados Americanos celebrada en La Habana, (capital).  

Otro que ha viajado a la isla, pero como exmandatario en 2011, fue Jimmy Carter (1976-1980). Lo intrigante de las informaciones difundidas por el bloguero es que la reunión de Soler se da en un contexto positivo para la normalización de las relaciones bilaterales de ambos países. 

Obama anunció este martes dos medidas positivas para el proceso de acercamiento diplomático, una de ellas es que Cuba ya puede usar el dólar en sus transacciones comerciales a escala internacional, lo que refuerza la apertura económica en la isla. 

La resolución entra en vigor a partir de este miércoles, los bancos de EE.UU. estarán autorizados para abrir y mantener cuentas de ciudadanos cubanos. No obstante, la pregunta de muchos es en qué beneficia a la isla esta medida.

La secretaria de Comercio, Penny Pritzker, comentó que se amplían las oportunidades para la asociación económica entre el pueblo cubano y la comunidad empresarial estadounidense.

>> La Cuba que recibe a Barack Obama

Mientras que el corresponsal de teleSUR en Estados Unidos, Jorge Gestoso, afirmó que las nuevas medidas permitirán a los cubanos abrir por primera vez cuentas bancarias en dólares en EE.UU., y también podrán enviar remesas desde el territorio estadounidense a la nación caribeña. 

Es decir que la norma facilitaría el flujo de divisas para que los empresarios estadounidenses puedan realizar transacciones en dólares en bancos cubanos y los bancos podrán ser intermediarias el intercambio financiero que se origina fuera de Norteamérica. 

"Podría ser positivo para Cuba, pero hay que revisar a fondo el anuncio de los departamentos del Tesoro y Comercio para conocer hasta qué punto los empresarios cubanos podrán solicitar créditos a los bancos estadounidenses", opina el analista cubano Esteban Morales.

La otra es que modificó las categorías para que los ciudadanos estadounidenses puedan visitar la nación caribeña no solo en grupos, sino también en viajes personales que tengan como objetivo el intercambio cultural, académico o incidencias políticas.

Los anuncios de Obama suponen que el fin del bloqueo económico y comercial impuesto desde hace medio siglo a la isla está cerca, y apropósito de ello, el Comité de Solidaridad de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) en Chicago, EE.UU, el escritor norteamericano Noam Chomsky y la periodista Eva Golinger, difundieron una carta abierta dirigida al mandatario para que implemente medidas concretas al respecto. 

Si termina el bloqueo, Cuba y EE.UU. no solo avanzarían en nexos diplomáticos, también incrementaría el turismo en la mayor de las Antillas, sector que este año ha recibido un millón de personas, 14, 6 por ciento más que en el primer trimestre de 2015.  

En contexto 

El próximo domingo 20 de marzo aterrizará el Air Force One con Obama a bordo, en el Aeropuerto Internacional de La Habana. Irá acompañado por su mujer, Michelle; el secretario de Estado, John Kerry, y una comitiva de más de 20 congresistas y varios cientos de empresarios.

Estará en la nación hasta el 22 de marzo cuando los ciudadanos mostrarán al líder de una potencia un país empeñado en su desarrollo social y económico a pesar del bloqueo.