El ministro de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela, Yván Gil, denunció este martes que el Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) mantiene secuestrados a 33 niños venezolanos en su territorio, separados de sus familias.

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El canciller afirmó que esta acción constituye una violación del derecho internacional, los derechos humanos y las propias leyes estadounidenses. “Es una práctica criminal, inhumana y forajida, impropia de un Estado que pretende erigirse en defensor de libertades mientras pisotea los derechos más elementales de la infancia”.

El ministro responsabilizó a John McNamara, encargado de negocios de EE.UU. en Colombia, como el “autor material” de esta situación, calificándola de ilegal e inmoral. En este contexto, exigió la liberación inmediata y sin condiciones de los menores para que puedan reunirse con sus familias.

Por su parte, Jorge Rodríguez, jefe del Comando Unificado de la Revolución Bolivariana, también denunció el secuestro de estos niños, comparando la separación de familias con prácticas de la Alemania nazi.

“No hay diferencia entre una niña arrebatada de su madre en campos de concentración nazis y el secuestro de estos niños venezolanos”, expresó Rodríguez.

Las autoridades venezolanas refirieron que algunos de estos niños se encuentran en hogares de resguardo con familias desconocidas, expuestos a situaciones de vulnerabilidad.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el pasado 18 de julio, que su Gobierno trabaja para rescatar a los niños detenidos en cárceles de migrantes en EE.UU.

Maduro confirmó el regreso de siete menores que fueron separados de sus padres, destacando que “hoy es un día perfecto para Venezuela. Hoy ha sido un día esplendoroso. En la mañana, al mediodía, pudimos rescatar a siete niños y niñas”.

El mandatario precisó que estos siete menores forman parte de un grupo de al menos 34 niños que permanecen retenidos en EE.UU., aunque advirtió que la cifra podría ser mayor. También informó que se mantienen conversaciones con autoridades estadounidenses para lograr la liberación del resto de los niños.

El Gobierno venezolano reiteró su exigencia de justicia y la reunificación inmediata de los niños con sus familias, denunciando las políticas migratorias de EE.UU. y El Salvador como violaciones a los derechos humanos.

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