Vandalismo y terrorismo financiero: la guerra silenciosa contra Cuba

A pesar de este escenario, Banmet continúa la instalación de nuevos equipos, apuesta por la modernización de sus servicios, y explora vías alternativas como las plataformas electrónicas. Foto: Archivo


10 de julio de 2025 Hora: 13:02

La Dirección del Banco Metropolitano S.A. (Banmet), de Cuba, ha denunciado en repetidas ocasiones actos vandálicos contra su red de cajeros automáticos, el caso más cercano, ocurrido en la noche del sábado 5 de julio, cuando fue atacada una sucursal ubicada en Diez de Octubre y Lacret, municipio Diez de Octubre, en La Habana.

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Este nuevo acto vandálico forma parte de una preocupante cadena de hechos que no solo afectan la prestación de servicios bancarios, sino que también atentan contra la seguridad ciudadana, la estabilidad del país y el bienestar del pueblo trabajador.

Desde Banmet se advirtió que estas acciones no representan al pueblo cubano, y menos aún a los propios bancarios y trabajadores del sistema financiero nacional, quienes enfrentan día a día las limitaciones tecnológicas, la obsolescencia de equipos y la presión económica del bloqueo financiero estadounidense, recrudecido con saña en los últimos años.

En un escenario ya complejo por el déficit de efectivo, la falta de piezas para la reparación de cajeros y la reducción de fuerza laboral, estos actos vandálicos representan una doble agresión: no solo afectan los servicios bancarios, sino que castigan a la ciudadanía, limitando el acceso a su propio dinero.

Las autoridades bancarias han tenido que resguardar los cajeros dentro de las sucursales o incluso cerrar espacios fuera de horarios laborales, en un intento por proteger la infraestructura que queda.

A ello se suma una guerra financiera, tecnológica y psicológica que ha escalado en forma de terrorismo electrónico y acciones desestabilizadoras.

En los últimos meses se han registrado apagones digitales, sabotajes informáticos y campañas de desinformación en redes sociales, que buscan erosionar la confianza en el sistema bancario y debilitar el vínculo entre la población y las instituciones estatales.

Este no es un hecho aislado. Ha habido reportes de daños intencionados a infraestructuras eléctricas, incendios provocados en establecimientos públicos, y mensajes amenazantes difundidos en plataformas digitales que llaman abiertamente al caos.

Muchos de estos actos están vinculados a grupos organizados desde el exterior, financiados o promovidos por intereses políticos hostiles a la Revolución Cubana, con el claro objetivo de desestabilizar al país desde adentro.

En este contexto, el terrorismo financiero —ejercido mediante la imposición de sanciones, la persecución de transacciones, el cierre de corresponsalías bancarias internacionales y el aislamiento tecnológico— ha sido una de las herramientas más agresivas del bloqueo imperial.

No solo impide que Cuba pueda comprar nuevos cajeros o partes para repararlos, sino que entorpece el retorno del efectivo al sistema bancario, y ralentiza los procesos de digitalización, afectando también el desarrollo de la banca remota y los pagos electrónicos.

A pesar de este escenario, Banmet continúa la instalación de nuevos equipos, apuesta por la modernización de sus servicios, y explora vías alternativas como las plataformas electrónicas, en un esfuerzo por no dejar atrás a sus miles de clientes.

La denuncia de este hecho vandálico no solo alerta sobre una escalada peligrosa en los métodos de agresión contra Cuba, sino que también llama a la conciencia colectiva: no se puede ser cómplice pasivo ante acciones que retrasan el desarrollo del país y profundizan las dificultades cotidianas del pueblo.

Cuba, como ha demostrado en múltiples etapas históricas, no se rendirá ni ante las bombas, ni ante el sabotaje, ni ante el chantaje financiero. Frente a cada ataque, la respuesta será más organización, más conciencia y más unidad popular.