Trump pone en riesgo la atención a adultos mayores al limitar la inmigración

De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales, uno de cada cinco empleados civiles en Estados Unidos es de origen extranjero. Foto: EFE
14 de julio de 2025 Hora: 09:58
En Estados Unidos, los centros de cuidado para adultos mayores y personas con discapacidad atraviesan una nueva etapa de incertidumbre, agravada por la ofensiva migratoria del presidente Donald Trump, quien busca restringir aún más la llegada y permanencia de inmigrantes, una pieza clave para este sector.
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Residencias de ancianos que ya sufrían para contratar suficientes cuidadores ahora ven desaparecer una de sus principales fuentes de mano de obra: la inmigración legal. Muchos establecimientos informan la salida progresiva de empleados que pierden su estatus migratorio protegido, mientras se anticipa una caída más profunda en la disponibilidad de postulantes para cubrir estos puestos.
Deke Cateau, director ejecutivo de AG Rhodes, organización que administra tres asilos en la zona de Atlanta, expresó “nos sentimos completamente agotados ahora mismo”.
En sus centros, alrededor de un tercio del personal es originario de otros países y refleja una diversidad de más de 30 nacionalidades. El directivo calcula que ocho de sus empleados deberán dejar sus puestos debido a la cancelación de su Estatus de Protección Temporal (TPS), un permiso especial para personas que provienen de naciones en crisis.
Durante la administración de Joe Biden, el TPS se amplió para incluir a comunidades de una docena de países como Haití y Venezuela, beneficiando a miles de migrantes.
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Según datos oficiales de la Oficina de Estadísticas Laborales, uno de cada cinco empleados civiles en Estados Unidos es de origen extranjero. Sin embargo, su peso es aún mayor en trabajos relacionados con el cuidado directo. Se calcula que más de una cuarta parte de quienes trabajan como auxiliares de enfermería, asistentes de cuidado personal o trabajadores de salud a domicilio nacieron fuera del país.
De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales, los puestos de cuidado a domicilio y atención personal crecerán más que cualquier otro, con más de 800.000 nuevas vacantes para 2032. Sin suficiente inmigración, cubrir estas necesidades se vuelve cada vez más difícil.
Katie Smith Sloan, directora de LeadingAge —red de residencias sin fines de lucro— alerta que los efectos ya son visibles: hogares que pierden trabajadores de un día para otro, empleados que prefieren no presentarse por temor a redadas migratorias y padres que optan por mantener a sus hijos en casa para evitar problemas con autoridades de inmigración.
En Florida, Rachel Blumberg, responsable de un complejo residencial para adultos mayores en Boca Ratón, relata que ya tuvo que despedirse de diez trabajadores que dependían de permisos humanitarios, y teme perder otros treinta por la cancelación del TPS para haitianos. “Esto apenas comienza, es solo el inicio”, advierte.
A pesar de ofrecer mejores sueldos y bonificaciones para atraer nuevos empleados, Blumberg admite que encontrar personal dispuesto a ocupar estos puestos de cuidado, limpieza o cocina no es tarea fácil. “Desafortunadamente, los estadounidenses no se sienten atraídos a postularse y trabajar en los puestos que tenemos disponibles”, lamentó.
La organización sin fines de lucro Instituto Paraprofesional de la Salud (PHI por sus siglas en inglés) dio a conocer que la mayoría de estos cuidadores de primera línea son mujeres y personas de comunidades minoritarias, con un salario promedio que apenas superó los 16 dólares por hora en 2023.
Autor: teleSUR: idg-CC
Fuente: Agencias