Tomasita Quiala Rojas: un verso definitivo

La repentista, escritora y promotora cultural Juana Tomasa Quiala Rojas falleció en la capital cubana, 64 años después de haberse convertido en una leyenda viva.

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La Alondra de La Lisa es, hasta día de hoy, la mujer improvisadora más reconocida dentro del género y una de las más rápidas en el mundo. Foto: Cubadebate.


12 de junio de 2025 Hora: 18:49

Hoy, Cuba no escuchó su voz, símbolo de la décima oral improvisada y guardiana del alma guajira cubana. La reina del pie forzado, Tomasita Quiala, se hizo verso definitivo. Este jueves, sin métricas ni rimas, Juana Tomasa Quiala Rojas falleció en la capital cubana, 64 años después de haberse convertido en una leyenda viva, con la virtud de contar la realidad con el arte repentino de la palabra.

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A veces me ven caer,
bajo el alma y la cabeza,
mas mi ave fénix regresa
cuando lo tiene que hacer.
De las cenizas de ayer
sacar una brasa trato.
Y aunque ya el mismo retrato
el corazón no me llene,
nuestro repentismo tiene
Tomasita para rato.

De ese modo, Tomasita Quiala terminó la entrevista concedida a Yunet López Ricardo en 2015. En esa ocasión, la repentista aprovechó para evocar una anécdota sobre sus inicios en la improvisación poética:

«Cuando tenía 22 años fui a una casa a pintarme las uñas y en el portal había dos repentistas cantando. Uno ofendió al otro y yo, sin haber improvisado nunca, me metí entre los dos y comencé a hacer una décima que no sé si tuvo ocho versos, diez o 12. Lo que sé es que le respondí al ofensor para proteger al insultado.

«Entonces se empezó a llenar el portal y la acera. “Pero miren esto: una cieguita improvisadora, una mulatica,  tan jovencita”, decía la gente. Yo era entonces una mujer joven, invidente y bonita, pesaba 130 libras. “Improvisadora, ¿qué es eso?”. Y me respondían: “Muchacha, lo que tú estás haciendo”».

Natural del barrio Rollón de Flores, municipio Banes, en la provincia oriental de Holguín, Tomasita nació el 29 de diciembre de 1961 en un entorno marcado por la tradición del género. Su abuelo Gripino Rojas no sabía escribir y todo lo pedía en verso.

Ella, a pesar de ser ciega, pudo estudiar y convertirse en artista, así lo cuentan sus décimas tituladas Frente a la provocación. A finales de la década de 1960, se mudó para La Habana, cursó las enseñanzas primaria y secundaria en una escuela especial para personas con deficiencia visual. El municipio Madruga la adoptó como su hija hasta día de hoy.

Durante la infancia, comenzó a sentir que algo le rimaba en la cabeza. Las maestras le encargaban poemas cuando venía alguna visita. En ese entonces, no imaginaba que el 24 de octubre de 1982 marcaría su primera presentación pública. El organizador de la Peña de La Lisa, Antonio Rodríguez, le dio un espacio para demostrar su talento.

Luego, vendrían los escenarios nacionales e internacionales, los medios de comunicación, incluida la televisión, que incrementaron su popularidad dentro y fuera de Cuba (España, Portugal, Colombia, México y Argentina, entre otras naciones). La Alondra de La Lisa es, hasta día de hoy, la mujer improvisadora más reconocida dentro del género y una de las más rápidas en el mundo. Resulta paradójico que haya tenido que presentarse 14 veces a las audiciones para convertirse en poeta profesional.

Si bien Tomasita logró un estilo peculiar para la interpretación de las tonadas del punto cubano y conquistó la admiración del pueblo y de sus colegas por la gracia, la agilidad y la hondura poética de sus improvisaciones, dejó un legado escrito, palpable, no repentino. Escribió cuentos, poemas y canciones.

Durante su trayectoria artística, recibió numerosos reconocimientos y condecoraciones, como la Antero Regalado, y las distinciones de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y la 23 de agosto. Asimismo, la Asociación de Ciegos y Débiles Visuales de Cuba le concedieron el Bastón de Cristal y el Sello por la Rehabilitación.

Tomasita Quiala también fue acreedora del Premio Iberoamericano Indio Naborí, del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, la Distinción por la Cultura Cubana y la condición de Vanguardia Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura.

De acuerdo con el escritor, repentista e investigador cubano, Alexis Díaz Pimienta, «impresionaba mucho ver el espectáculo de una mujer ciega que leía poemas en el aire. Tomasita hablaba en décimas, no en versos octosílabos. Sus décimas eran un grupo de oraciones rimadas con perfecta distribución de los acentos y con una sintaxis prodigiosa. Yo, que venía improvisando y compartiendo con los mejores repentistas cubanos desde los cinco años (tenía entonces 15-16) nunca había visto nada igual», recordó.

El pasado mes de marzo, los medios nacionales reportaron de grave la salud de Tomasita Quiala, luego de sufrir un infarto cardiovascular. Debido a ese incidente, fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Leopoldito Martínez, de San José de las Lajas.

Un mes después, el Servicio de Cardiología del Hospital Hermanos Ameijeiras informó que la artista se encontraba ingresada en dicho centro en condición de estabilidad clínica.

Este 12 de junio, Cuba no escuchó su voz. La escritora, repentista, promotora cultural y maestra de generaciones se hizo verso definitivo.

Autor: teleSUR - BCB

Fuente: Cubadebate - La Jornada - Juventud Rebelde