El migrante salvadoreño podría ser enviado desde EE.UU. a México o Sudán del Sur pese a orden judicial existente.

Ábrego se ha convertido en símbolo de los abusos contra migrantes durante la política de deportaciones masivas impulsada por la Administración Trump.

Las deportaciones ocurrieron después de que Israel instara a Egipto a impedir la llegada de la caravana solidaria ‘Sumud’ y otras manifestaciones pro-palestinas a la frontera con Gaza.

El caso se suma a una serie de deportaciones erróneas que han marcado la política migratoria de Trump, y pone en evidencia fallos sistémicos en los procedimientos del ICE.

La Corte Suprema de Justicia de EE.UU. admitió que «no existe ninguna evidencia sobre que Ábrego García sea miembro de la MS-13», añadiendo que «el tribunal ordenó al Gobierno de Donald Trump a que arreglara el regreso del hombre al estado de Maryland, donde residía con su familia».

«La Constitución no tolera la desobediencia intencional de las órdenes judiciales, especialmente por parte de funcionarios que han jurado respetarla», indicó James E. Boasberg.

Freddy Ñáñez insistió en que el verdadero objetivo de las acciones de la extrema derecha, Estados Unidos y El Salvador es «destruir el proceso bolivariano», incluso si eso implica perjudicar al pueblo venezolano.

Por medio de una publicación en la red social X, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, criticó las amenazas de deportación contra migrantes de la isla, pronunciadas por políticos de Estados Unidos.

Responsabiliza al mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, por la vida y la salud de los venezolanos deportados por EE.UU. y secuestrados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). Le exigió respeto a sus derechos humanos.

El Gobierno Bolivariano detalló que se han registrado casos de “detenciones arbitrarias, deportaciones sin causa, confiscación de bienes y documentos, así como tratos discriminatorios y vejatorios” por parte de las autoridades estadounidenses.