Siria se tambalea entre la violencia sectaria y los bombardeos israelíes

Sobre la noche de este miércoles comenzaron a circular informaciones no confirmadas sobre la posible partida de Damasco de Ahmed al‑Sharaa, presidente de facto

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La población civil siria permanece atrapada entre la espada de los enfrentamientos internos y el filo de las bombas extranjeras. Foto: EFE


18 de julio de 2025 Hora: 08:52

Siria atraviesa un momento crítico. La promesa de una transición pacífica tras el golpe de Estado contra el Gobierno legítimo de Bashar al‑Asad parece haberse desvanecido entre combates internos y bombardeos israelíes.


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En la provincia de Al‑Suwayda, bastión druso en el sureste, las milicias drusas y los clanes beduinos libran una lucha despiadada que, desde el 11 de julio, ha dejado más de 102 víctimas mortales y alrededor de 200 heridos en una pugna por tierras agrícolas y rutas de contrabando.

El 15 de julio, un alto el fuego mediado por el Gobierno interino permitió la entrada de tanques del Ejército sirio para restablecer el orden, pero las balas volvieron a sonar apenas veinticuatro horas después, cuando las milicias reanudaron el fuego y las patrullas de la Policía Militar y las Fuerzas de Seguridad Interna solo lograron contener fragmentos de la violencia.

Al mismo tiempo, en Damasco se intensificaron los ataques aéreos israelíes. Durante la madrugada del 16 de julio, aviones y drones de las Fuerzas de Defensa de Israel impactaron contra el Ministerio de Defensa y zonas residenciales cercanas a la Mezquita Omeya, provocando al menos tres víctimas civiles y 34 heridos, según comunicó la televisión estatal Al Ijbariya.

El ministro israelí Israel Katz explicó que los bombardeos buscaban impedir el despliegue de unidades sirias hacia Al‑Suwayda y proteger a la comunidad drusa en la frontera. La Casa Blanca expresó su pesar y urgió a moderar las acciones, mientras Ankara calificó las incursiones de sabotaje a cualquier posibilidad de paz en Siria.

En medio de estos combates y bombardeos, el 17 de julio comenzaron a circular informaciones no confirmadas sobre la posible partida de Ahmed al‑Sharaa, presidente de facto designado en enero de 2025, quien habría abandonado Damasco junto a su familia tras reportes de un intento de asalto al edificio de Radio y Televisión estatal.

Diplomáticos europeos y de la Liga Árabe sostienen que al‑Sharaa fue evacuado a un lugar seguro luego de que un grupo armado atacara puestos de seguridad en ese complejo, un hecho que, de confirmarse, representaría un fuerte golpe a la frágil autoridad del Gobierno transicional.

La reactivación de esa violencia sectaria en Al‑Suwayda y los bombardeos israelíes en Damasco son percibidos por Moscú como parte de un plan deliberado para fragmentar Siria. El embajador ruso ante la ONU, Vladimir Nebenzia, advirtió semanas atrás que en el país se ejecuta un proceso de balcanización que “no es un accidente, sino un objetivo” para debilitar el Estado y extender las zonas de influencia de potencias externas. Rusia y China presentaron una declaración conjunta en el Consejo de Seguridad en la que piden respeto a la soberanía siria y condenan la intervención militar extranjera, mientras la Liga Árabe convoca una nueva cumbre para evaluar la crisis humanitaria y la integridad territorial.

La población civil siria permanece atrapada entre la espada de los enfrentamientos internos y el filo de las bombas extranjeras.

Familias enteras han tenido que abandonar sus hogares para buscar refugio en campamentos improvisados, donde el acceso a agua, medicamentos y alimentos es cada vez más limitado.

El Gobierno transicional, incapaz de garantizar la seguridad de sus ciudadanos o la estabilidad de la capital, enfrenta una crisis sin precedentes. Mientras las potencias juegan su partida geopolítica, el pueblo sirio solo aspira a sobrevivir día a día, convencido de que la convivencia bajo un mismo techo nacional se ha fracturado para siempre.

Autor: teleSUR-CC

Fuente: Agencias