El Comité de Investigación de Rusia (CIR) acusó a Kiev de estar detrás de los sabotajes ocurridos el 31 de mayo y el 1 de junio en infraestructuras ferroviarias clave de las regiones fronterizas rusas de Briansk y Kursk, donde provocaron el descarrilamiento de dos trenes con un saldo de siete fallecidos y más de un centenar de heridos.

Estos incidentes, que resultaron en el descarrilamiento de trenes de pasajeros, carga y diagnóstico, han sido calificados por las autoridades rusas como actos de terrorismo: «Es evidente que los terroristas, actuando bajo las órdenes directas del régimen de Kiev, planearon cada detalle con la máxima precisión, buscando que cientos de civiles perecieran como resultado de sus ataques» declaró la portavoz del Comité, Svetlana Petrenko, en un comunicado oficial.

La víspera de estas acusaciones, el Comité de Investigación confirmó que los descarrilamientos de dos trenes, ocurridos durante el fin de semana en las regiones de Briansk y Kursk, fueron causados por la detonación de explosivos colocados en puentes ferroviarios.

El gobernador de Briansk, Alexandr Bogomaz, fue el primero en denunciar que el puente había sido volado después de informar en un primer momento sobre “una interferencia ilegal en las actividades de transporte”. Este resultó como el atentado de mayor gravedad, donde el sábado, al menos siete personas perdieron la vida y 113 resultaron heridas cuando un tren con 388 pasajeros.

En tanto, el incidente del tren de mercancías en la región de Kursk, ocurrido el domingo, el maquinista y sus dos auxiliares sufrieron heridas de diversa consideración.

A pesar de no haber víctimas fatales en este segundo ataque, las autoridades rusas han subrayado la gravedad de la situación y en tal sentido iniciaron investigación exhaustiva sobre estos atentados.

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De acuerdo con los datos presentados recientemente por los expertos en explosivos de la Guardia Nacional Rusa (Rosgvardia), los saboteadores ucranianos utilizaron explosivos estadounidenses C-4 para volar el puente en la región de Briansk. Este dato se esclareció gracias al hallazgo de una de las bombas que no explotó en las vías del tren.

Anteriormente se informó de que se encontraron rastros de explosivos en el lugar del atentado en la región de Briansk. Los puntos de explosión fueron localizados en dos tramos de la vía férrea y en los pilares del puente.

De acuerdo con las investigaciones, los explosivos fueron colocados el 31 de mayo, es decir, un día antes de la tragedia. Esto se confirmó porque el 30 de mayo especialistas inspeccionaron el puente sin encontrar objetos sospechosos.

Los descarrilamientos de los dos trenes tuvieron lugar en vísperas de la segunda ronda de conversaciones directas entre representantes de Moscú y Kiev, programada para el 2 de junio en la ciudad turca de Estambul.

Asimismo sucedieron luego del que el presidente ruso Vladímir Putin anunciara su decisión de crear una zona de seguridad en la frontera con las regiones de Briansk, Kursk y Bélgorod, que incluiría territorio de las regiones ucranianas de Járkov y Sumi.

Este contexto añade una capa adicional de complejidad a la situación, generando interrogantes sobre el impacto de estos incidentes en el proceso de diálogo y las perspectivas de una solución pacífica al conflicto en curso.

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