Según el Kremlin, ambos mandatarios expresaron en una conversación telefónica su «profunda preocupación» por la escalada en curso, que ya ha causado un «elevado número de víctimas y está cargada de graves consecuencias a largo plazo para toda la región». En tal sentido, los presidentes se pronunciaron a favor del cese inmediato de las hostilidades y la resolución de las cuestiones controvertidas, incluyendo el programa nuclear iraní, «exclusivamente por medios políticos y diplomáticos».

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Desde la Presidencia turca, se informó que Erdogan declaró que «la espiral de violencia iniciada con los ataques de Israel contra Irán pone en peligro la seguridad de toda la región». El presidente turco fue más allá, denunciando que la «actitud anárquica» del Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, «supone una clara amenaza para el sistema internacional», y advirtió que la región «no puede tolerar una nueva guerra».

Finalmente, Erdogan «subrayó la importancia de que los ataques de Israel contra Irán no desvíen la atención del genocidio en Gaza», enfatizando la necesidad de mantener el foco en la crisis humanitaria y el conflicto palestino-israelí. Este posicionamiento conjunto de Rusia y Türkiye añade más presión internacional sobre Israel en medio de la creciente tensión regional.

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