Lavrov denunció que desde la violenta toma del poder en 2014, la junta de Kiev extermina sistemáticamente todo lo que está relacionado de alguna manera con Rusia: la lengua rusa, la cultura, las tradiciones, los medios de comunicación en ruso.

De acuerdo con el canciller ruso el pueblo ortodoxo de Ucrania es el más perseguido por el régimen de Kiev, luego de que el parlamento ucraniano adoptara el 20 de agosto de 2023 un proyecto de ley que prohíbe la Iglesia ortodoxa vinculada a Rusia, llevándola al borde de la liquidación legal, lo que representa un claro ejemplo de la naturaleza odiosa de Kiev», refirió Lavrov.

Según el diplomático ruso, una prueba de esta política es el abuso de los sentimientos de los creyentes por parte de las autoridades de Kiev a través de la organización del llamado trabajo de inventario y verificación del valor histórico y científico de las reliquias de los santos en el principal monasterio del país: el Kiev-Pechersk Lavra (Monasterio de las Cuevas).

En marzo pasado, los agentes de policía realizaron una inspección del estado del «!Monasterio de las Cuevas«. Los agentes habían “sustituido las cerraduras por las suyas propias, incluso las puertas técnicas laterales de entrada de las Cuevas Medias están selladas para que nadie pueda entrar», comunicó en su canal de Telegram la Unión de Periodistas Ortodoxos.

El canciller ruso denunció que «Estas acciones se llevan a cabo con la connivencia e incluso el apoyo de muchos países de Europa, donde los fantasmas del neonazismo y el satanismo levantan la cabeza», añadió.

A este respecto, Lavrov señaló que: «Ni para nosotros ni para los observadores objetivos del exterior esto es sorprendente», de igual modo, reiteró que «Rusia no dejará al pueblo ortodoxo de Ucrania en apuros y garantizará que se respeten sus derechos legales y que la ortodoxia canónica recupere su lugar central en la vida espiritual del pueblo en tierras ucranianas».

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