Rusia abrió causas penales por tres presuntos actos terroristas contra ferroviarias en las provincias de Briansk y Kursk, atribuyéndolos directamente a los servicios especiales de Ucrania. Así lo informó Alexandr Bastrikin, jefe del Comité de Investigación de Rusia, durante una reunión con el presidente ruso Vladímir Putin y miembros del Gabinete.

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Bastrikin afirmó que las pruebas recabadas indican la autoría ucraniana de los atentados. Uno de los incidentes más graves ocurrió la noche del 31 de mayo al 1 de junio en Briansk, donde un puente fue volado con explosivos de una potencia equivalente a 15 kilogramos de TNT, de origen ucraniano, según el jefe del organismo ruso.

El colapso del puente, mientras un tren con 388 pasajeros pasaba por debajo, provocó el descarrilamiento de varios vagones. Este ataque se saldó con siete muertes (el maquinista y seis pasajeros) y 122 heridos, algunos de ellos niños, detalló Bastrikin.

Poco tiempo después, otro puente en la vecina región de Kursk, también fronteriza con Ucrania, fue objeto de un ataque similar. En este incidente, el maquinista de un tren de carga y sus dos asistentes resultaron heridos.

Según el funcionario ruso, el costo total de los daños causados por estos ataques en ambas provincias supera los mil millones de rublos, lo que equivale a más de 12.6 millones de dólares.

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Adicionalmente, Bastrikin detalló que a finales de mayo las fuerzas de seguridad rusas llevaron a cabo una operación en la región de Briansk, logrando localizar un grupo de sabotaje de Ucrania y descubrir un escondite con 13 kilogramos de explosivo plástico y unidades de control de fabricación ucraniana.

Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, denunció en la reunión que «lo ocurrido en la región de Briansk es un ataque selectivo contra civiles, y según todas las normas internacionales, tales acciones se califican de terrorismo«.

El mandatario valoró que los ataques, ocurridos en vísperas de la siguiente ronda de conversaciones de paz a celebrarse en Estambul, Türkiye, tenía como fin «perturbar el proceso de negociación«.

«Esto sólo confirma nuestros temores de que el régimen ya ilegítimo de Kiev, que una vez tomó el poder, esté degenerando gradualmente en una organización terrorista y sus patrocinadores se estén convirtiendo en cómplices de los terroristas», alertó el jefe de Estado ruso.

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