Según el comunicado oficial del organismo de defensa, las fuerzas rusas emprendieron una serie de acciones coordinadas que incluyeron un ataque masivo con drones y misiles lanzados desde el mar, el aire y la tierra. Los objetivos, eran instalaciones industriales y militares ucranianas, especialmente aquellas vinculadas a la fabricación de componentes para armamento misilístico, equipos de radioelectrónica, explosivos y drones de ataque.

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El Ministerio de Defensa ruso detalló que los bombardeos también alcanzaron centros de inteligencia electrónica y de comunicaciones por satélite, considerados estratégicos para las Fuerzas Armadas de Ucrania. Las autoridades rusas aseguran que todos los objetivos del ataque fueron destruidos y que la operación cumplió con los objetivos previstos.

El Ejército ruso sigue desde el 24 de febrero de 2022 la operación militar especial, cuyos objetivos son proteger a la población de un genocidio por parte de Kiev y detener los riesgos para la seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este.

Desde el inicio de la operación especial, Rusia afirma haber destruido: Más de 660 aviones; 283 helicópteros; 49.180 drones; 22.606 tanques y blindados; 601 sistemas antiaéreos; 1.533 lanzacohetes múltiples; 23.130 cañones y morteros además de 33.545 vehículos militares.

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