El rublo ruso registró una notable apreciación este jueves, superando la marca de los 78 por dólar estadounidense y alcanzando su nivel más alto desde mayo de 2023.

El ascenso de la moneda rusa, que acumula un fortalecimiento superior al 40% en lo que va del año, está estrechamente ligado a tres factores clave: el nuevo impulso diplomático para resolver la guerra en Ucrania, la política monetaria restrictiva del Banco Central de Rusia y el repunte del mercado petrolero.

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La iniciativa diplomática más reciente de una propuesta para retomar las negociaciones con Ucrania el próximo 2 de junio en Estambul ha generado optimismo en los mercados.

Aunque Kiev aún no ha respondido, la sola existencia de esta oferta ha sido interpretada como una señal de distensión geopolítica, un factor que históricamente alivia la presión sobre el rublo.

Otro elemento clave ha sido la postura del presidente estadounidense Donald Trump, quien anunció que no impondrá nuevas sanciones a Rusia por el momento, con el argumento de no interferir con las posibilidades de un acuerdo de paz.

Esta declaración se suma a la sensación de que Washington y Moscú están evaluando salidas diplomáticas, lo que ha sido recibido con alivio por los inversionistas.

«La mejora del contexto geopolítico, junto con la subida del petróleo, explica en gran parte este impulso del rublo», explicó Yevgeny Loktyukhov, economista jefe del Promsvyazbank.

El fortalecimiento del rublo también encuentra soporte en el mercado energético. El crudo Brent, principal referencia internacional, subió un 1.2% hasta 65,68 dólares por barril, mejorando la balanza comercial rusa, que sigue fuertemente influenciada por sus exportaciones de hidrocarburos.

A ello se suma el período impositivo que atraviesa Rusia: las grandes empresas deben convertir parte de sus ingresos en divisas extranjeras a rublos para pagar impuestos, generando una demanda estacional por la moneda local que la fortalece aún más.

El rublo no solo avanzó frente al dólar, sino también frente al yuan chino, cotizándose en 10.90 rublos por yuan en la Bolsa de Moscú, su nivel más alto desde junio de 2024. El yuan, ampliamente utilizado en las transacciones exteriores rusas y herramienta clave del Banco Central para sus intervenciones cambiarias, también sufre una ligera depreciación, lo que amplifica el efecto del fortalecimiento del rublo.

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