El número de víctimas mortales por un derrumbe en una mina de oro artesanal en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) asciende a 45 personas, según informó este sábado a medios locales un líder de la sociedad civil.

«Alcanzamos la cifra de 45 muertos tras el descubrimiento de 22 cuerpos extraídos del lodo causado por estos deslizamientos, provocados por las lluvias», declaró, Telesphore Netendika, relator general para la sociedad civil en Masisi.

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Netendika denunció que la zona del desastre está ocupada por terroristas del Movimiento 23 de Marzo (M23), lo cual impide la asistencia que antes brindaban las autoridades locales. «Varios cuerpos ya han sido identificados por sus familias. Esto continúa hasta el día de hoy, y nos estamos preparando para el entierro», añadió.

Todas las víctimas eran mineros artesanales que trabajaban para el M23, un grupo que, según el activista, «explota las canteras con la ayuda de jóvenes y residentes locales» y «secuestra a la gente». «Aquí reina el terror», pronunció Netendika, evidenciando la situación de vulnerabilidad de la población civil que habita los alrededores.

El deslizamiento de tierra fue causado por las fuertes lluvias recientes en el territorio de Masisi, una zona rica en oro. Varias viviendas y campos agrícolas también fueron arrasados por los aludes.

El administrador del territorio de Masisi, coronel Remy Matadi Zola, reconoció la fragilidad del suelo de la zona, rico en minerales, lo que provoca deslizamientos recurrentes con las lluvias. Sin embargo, su declaración fue polémica: «Nos informaron de este accidente, causado por las lluvias que provocaron deslizamientos de tierra. Bueno, lo sentimos por ellos porque se perdieron vidas humanas. Pero estas personas son ladrones de minas. Es un castigo natural», aseveró Zola, minimizando la responsabilidad estatal y culpando a quienes son víctimas de la guerra en el país y del siniestro natural.

Kivu del Norte, al igual que otras provincias del este congoleño, forma parte de una región rica en minerales como el oro y el coltán, imprescindibles en la industria tecnológica global. Desde principios de año, las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur están controladas en gran parte por terroristas del M23 que, con apoyo de Ruanda, se enfrentan al Ejército de la RDC y sus milicias aliadas.

El este del Congo está inmerso en un conflicto armado alimentado por la disputa de los recursos naturales, lo cual ha generado presencia de múltiples milicias terroristas y un consecuente agravamiento de la crisis humanita. En tres años, el M23 ha cometido masacres contra civiles y ocasionado el desplazamiento de cientos de miles.

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