Lo que está en juego en la actual cumbre del BRICS 2025
La institucionalidad, una nueva arquitectura financiera, la incorporación de nuevos miembros y el complejo contexto geopolítico global definen la agenda de la 17° Cumbre del Brics.

Los BRICS iniciaron este domingo en Río de Janeiro su primera cumbre desde que el foro fue ampliado a once miembros, en medio de las tensiones generadas por la guerra comercial desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y por los conflictos en Oriente Medio y Ucrania. Foto: Brics Brasil
6 de julio de 2025 Hora: 10:53
La 17ª Cumbre del BRICS, que se celebra entre el 6 y el 7 de julio de 2025 en Río de Janeiro, reúne por primera vez a los once países miembros permanentes del grupo: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Indonesia.
Con un lema que reza “Fortalecer la cooperación del Sur Global para una gobernanza más inclusiva y sostenible”, esta edición busca posicionar al bloque como un actor clave en la reformulación del orden mundial.
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La 17ª Cumbre del Brics no solo marca un hito simbólico por el hecho de ser la primera vez que se reúnen once países miembros, sino que también define el rumbo del bloque en un mundo cada vez más polarizado.
Desde la desdolarización hasta la justicia climática, pasando por la reforma del sistema financiero internacional y la cooperación cultural, el Brics busca consolidarse como un actor cohesivo y alternativo en el escenario global.
Sin embargo, su heterogeneidad interna y los desafíos geopolíticos representan obstáculos importantes. Si logra mantener el equilibrio entre ambición y pragmatismo, el BRICS podría convertirse en uno de los principales motores de una nueva arquitectura multilateral más equitativa y sostenible. Estas tensiones internas llevaron a que el propio Brasil vetara el ingreso de Venezuela y que los jefes de Estado de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, no asistan de manera presencial a la cumbre.
Más allá de eso, la actual cumbre tendrá como meta superar las diferencias además de contar con una particularidad, por primera vez las organizaciones libres del pueblo participarán através del Consejo Popular del Brics de la cumbre.
A continuación, algunos de los desafíos destacados del encuentro que se lleva adelante en la ciudad de Río de Janeiro.
Un escenario global complejo
La cumbre tiene lugar en un momento de inestabilidad global. La Operación Especial rusa en Ucrania continúa generando divisiones, con Rusia enfrentada a gran parte de Europa Occidental, mientras persisten las tensiones entre Estados Unidos y China.
Además, la situación en Oriente Medio, especialmente el papel de Israel en Palestina, añade otro nivel de complejidad a las relaciones internacionales. En este entorno, la presencia física o virtual de algunos líderes refleja las dificultades diplomáticas.
Este clima de incertidumbre exige del Brics una postura colectiva sólida, pero su diversidad interna complica la formación de consensos claros. Aun así, el bloque continúa su crecimiento representa casi el 40% del PIB mundial en paridad de poder adquisitivo, el 36% del territorio global y cerca del 50% de la población del planeta, lo cual le otorga al bloque un peso geopolítico considerable.

Desdolarización y soberanía financiera
Uno de los temas más sensibles es la discusión sobre el uso de monedas locales en el comercio entre los miembros del BRICS. Aunque la palabra «desdolarización» no suele aparecer explícitamente en documentos oficiales por presión de potencias occidentales, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva impulsa públicamente la idea de crear una nueva moneda común para facilitar el intercambio comercial entre los países del bloque.
Esta tendencia responde a preocupaciones geopolíticas concretas, como el congelamiento de reservas rusas tras la invasión de Ucrania. En ese sentido, el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), presidido por Dilma Rousseff, ya realiza la mayoría de sus transacciones en monedas locales, consolidándose como una alternativa al sistema financiero tradicional dominado por Estados Unidos y Europa.
Justicia fiscal y reforma del sistema financiero internacional
Otra prioridad en esta cumbre es la reforma del sistema financiero internacional, particularmente en materia de justicia fiscal.
Durante la reunión previa de ministros de Hacienda y presidentes de bancos centrales, se aprobó una declaración conjunta en favor de una convención tributaria global bajo la ONU y el impulso a la tributación de los supermillonarios.
En este marco, el ministro brasileño Fernando Haddad destacó que esta medida es fundamental para combatir la desigualdad global.
Además, se presentó el documento Visión del Río, que propone revisar la fórmula de cálculo de cuotas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y romper con el acuerdo tácito que reserva cargos de liderazgo a representantes estadounidenses y europeos.

Reformas institucionales y liderazgo del Sur Global
Brasil, al asumir la presidencia rotativa del BRICS en 2025, colocó sobre la mesa una agenda ambiciosa centrada en seis ejes estratégicos: salud pública, financiamiento climático, inteligencia artificial, paz y seguridad, desarrollo institucional y el uso de monedas locales. Todo ello con el objetivo es posicionar al bloque como motor de transformaciones multilaterales profundas, promoviendo una mayor justicia social, económica y ambiental.
Marta Fernández, directora del Brics Policy Center, señaló al medio aliado Brasil de Fato que hay puntos de convergencia claros, como la cooperación en salud orientada a enfermedades sociales y la necesidad de un financiamiento climático justo. «El Norte Global tiene responsabilidad histórica. Colonizó, poluyó y ahora debe contribuir más», explica.
Esta visión busca establecer un marco de justicia climática donde los países desarrollados respondan por su impacto ambiental histórico y apoyen financieramente a los más vulnerables.
A su vez, con la reciente expansión del grupo, el BRICS enfrenta nuevos desafíos de coordinación. Las decisiones aún se toman por consenso, lo que permite que cualquier país bloquee propuestas, limitando avances significativos. Raymond Matlala, consejero sudafricano en el Consejo Popular del BRICS, sostiene que el bloque necesita un secretariado permanente para garantizar seguimiento y responsabilidad en la implementación de acuerdos.
Para Marta Fernández, aunque la institucionalización entraña riesgos de burocratización, también es una forma de proteger el bloque y asegurar su relevancia a largo plazo. Brasil ha intentado manejar este debate con equilibrio, proponiendo criterios claros para la entrada de nuevos miembros sin caer en condicionalidades similares a las de instituciones como el FMI o el Banco Mundial.
Cooperación cultural y fortalecimiento institucional
Rita Coitinho, representante brasileña en el Consejo Popular del BRICS, subraya la importancia de iniciativas culturales y científicas en la construcción de vínculos duraderos entre los pueblos del bloque. Festivales artísticos, cinematográficos y proyectos de investigación conjuntos son herramientas clave para generar sentido de pertenencia y resistencia frente a la fragmentación global.
También se destaca la necesidad de avanzar en soberanía digital. Dado que la mayoría de los países del BRICS dependen de grandes tecnológicas extranjeras, se impone la creación de mecanismos propios de regulación y producción digital.
Coitinho considera que el BRICS puede ser un espacio privilegiado para debatir modelos éticos y democráticos de inteligencia artificial, evitando que estas tecnologías reproduzcan o amplíen desigualdades existentes.
Autor: teleSUR - NH
Fuente: teleSUR - Brasil de Fato