La esperada conversación telefónica entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el exmandatario estadounidense Donald Trump concluyó este jueves tras casi una hora de diálogo, informó el Kremlin, Según el portavoz del Kremlin, el tono del encuentro fue «profesional y concreto», y abarcó temas clave de la agenda internacional, con especial énfasis en la situación en torno a Irán y Ucrania.

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Putin y Trump sostendrán una conversación telefónica este jueves

Moscú reiteró su apuesta por una salida democrática y negociada al conflicto, reafirmando su oposición a cualquier intervención militar extranjera o escalada sancionatoria.

Putin, reafirmó que Moscú no alterará su curso en Ucrania. El Kremlin afirmó que mantendrá su compromiso de eliminar las «causas originales» del conflicto, sosteniendo que la confrontación actual tiene raíces estructurales que no pueden resolverse con medidas superficiales o unilaterales.

“Rusia no se desviará de sus objetivos”, enfatizó el asesor presidencial ruso en política internacional, Yuri Ushakov, quien ofreció una rueda de prensa telefónica posterior a la llamada.

“Seguimos buscando una solución política al conflicto, pero no se discutió una tercera ronda de negociaciones con Kiev en esta ocasión”, puntualizó Ushakov.

Durante el diálogo, Putin y Trump también abordaron la situación en torno al programa nuclear iraní y la guerra en Siria, reiterando la necesidad de resolver estas crisis mediante medios políticos y diplomáticos.

“La parte rusa subrayó la importancia de evitar un nuevo ciclo de violencia y resolver las tensiones con Irán mediante el diálogo y el respeto al derecho internacional”, señaló la oficina presidencial rusa.

Durante la conversación, Putin felicitó a Trump por el Día de la Independencia de Estados Unidos, destacando que ambas naciones “están unidas no solo por las alianzas militares en las dos guerras mundiales, sino también por profundas raíces históricas”.

La conversación fue la sexta entre ambos líderes en lo que va del año, y se produce en medio de una coyuntura geopolítica delicada, marcada por la ofensiva militar rusa, el proceso electoral estadounidense y la reconfiguración de alianzas estratégicas en Eurasia y Medio Oriente.

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