El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, extendió este lunes su saludo al sucesor del recientemente fallecido Francisco, León XIV, al que catalogó como el “cura del pueblo que llegó a papa”.

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Las palabras del jefe de Estado venezolano acontecieron en su habitual programa Con Maduro +, donde relató que “en el mismo momento que dijeron ‘habemus papam’ estaba con el patriarca (de Rusia, Kirill I)… señales y estábamos hablando de Francisco”.

Calificó al nuevo sumo pontífice como el “cura del pueblo que llegó a papa, nacido en EE.UU., pero forjado durante 40 años entre las comunidades pobres del Perú, allá en Chiclayo”.

Recordando al recientemente fallecido papa Francisco, subrayó que cuando él se refiere a Francisco no habla “de un muerto, habla de un vivo”.

“Como dijo el señor Jesucristo no me busquen entre los muertos porque estoy entre los vivos, porque Francisco se quedó con nosotros. Hoy más que nunca el papa Francisco late en el corazón de los cristianos auténticos, los cristianos de Cristo, los cristianos del pueblo”, agregó.

Con anterioridad, el Gobierno de Venezuela había extendido sus felicitaciones al nuevo papa que dirigirá a la Iglesia católica.

Mediante un comunicado emitido por la cancillería venezolana, Maduro destacó su deseo de que el nuevo sumo pontífice profundice el camino de justicia social iniciado por el papa Francisco, al tiempo que enfatizó los desafíos globales que enfrentará la Iglesia Católica en un mundo “amenazado por guerras y el resurgir del fascismo”.

“Esperamos que su misión continúe y profundice el camino trazado por el papa Francisco, quien supo devolverle a la Iglesia su carácter humilde, comprometido con los más pobres, cercano a las causas justas y sensible a los dolores de la humanidad”, se lee en el documento.

En tanto, el documento resaltó además la esperanza del Gobierno bolivariano de que León XIV mantenga esta línea “social y solidaria”, especialmente en la defensa de causas justas y los sectores más vulnerables.

Asimismo, recalcó que el nuevo pontífice asume el liderazgo en un contexto de “debilitamiento del equilibrio internacional”, donde deberá restaurar “los equilibrios éticos y espirituales” tanto dentro como fuera de la comunidad católica.

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