“Trumpland” o Notas sobre el Declive Estadounidense

El segundo mandato presidencial de Donald Trump lleva poco más de 100 días. Foto: EFE.
Por: Omar Hassaan Fariñas
11 de mayo de 2025 Hora: 12:38
El escritor estadounidense de izquierda (la verdadera izquierda que conocemos aquí, y no el “posmodernismo neoliberal” de los “occidentales”) Chris Hedges, lamenta lo siguiente, en su artículo denominado Trumpland: “Los fascistas y oligarcas cristianos que alegremente le entregan a Donald Trump su rotulador permanente y sus órdenes ejecutivas no están luchando contra el Estado profundo, la izquierda radical ni para protegernos de los antisemitas. Luchan contra los hechos verificables, el Estado de derecho, la transparencia y la rendición de cuentas que solo son posibles con una prensa libre, el derecho a la disidencia, una cultura vibrante y la separación de poderes, incluyendo un poder judicial independiente”.[1]
El estadounidense, con acritud y desesperación, considera que el fascismo (en su país) nace de un liberalismo en bancarrota que renunció su papel en una democracia capitalista. Ya no alivia los peores excesos de la clase dominante y el imperio mediante reformas graduales y fragmentarias. Regaña y moraliza a los trabajadores marginados a los que traicionó. Los medios de comunicación priorizan el acceso a los poderosos por encima de la verdad. Amplificaron las mentiras para impulsar una guerra en Irak. Enaltecieron a Wall Street y aseguraron que era prudente confiar los ahorros de toda la vida a un sistema financiero dirigido por especuladores y ladrones.
El problema con el análisis de Hedges, a pesar de lo muy correcto y preciso que pudiera ser, es que no logra abordar un problema aún más importante, para su país y quizás para el futuro de la humanidad. Casos puntuales, tenemos la infraestructura y los intelectuales en Estados Unidos, por solo tomar dos de una larga lista.
Como un “pie de página”, escondido de los grandes titulares, tenemos una noticia mucho más importante que las banalidades del plan arancelario del Señor Trump. Diez días después de que un mal funcionamiento de un equipo dejó a una docena de aviones volando a ciegas durante 90 segundos en los cielos abarrotados de Nueva Jersey (aeropuerto de Newark),[2] los preocupados pilotos y controladores de tráfico aéreo están implorando a la Administración Federal de Aviación que arregle la vieja infraestructura del sistema.[3]
Esto nos obliga a recordar los recientes accidentes aéreos en Estados Unidos (igualmente por fallas de los sistemas), o la desastrosa respuesta a los incendios de Los Ángeles a comienzos del 2025, cuando quedó expuesto al mundo el grado de deterioro de la infraestructura estadounidense, y su incapacidad para responder a las múltiples y crecientes situaciones de emergencias, en sus propios territorios.
Otro asunto de gran interés es la guerra (esta sí es bastante exitosa, no como la de los aranceles) contra las universidades y los centros culturales de Estados Unidos. A raíz de los despidos masivos y los ataques constantes de la Administración del señor Trump contra las instituciones culturales (universidades, bibliotecas, centros de estudio, centros de investigaciones científicas y médicas, hasta programas culturales en la televisión que son financiados por el Gobierno federal), ahora quienes piensan en Estados Unidos, viven el terror de ser “redundant”,[4] y quedarse fuera del sistema o sin poder producir, intelectualmente.
¿Qué nos indican estas tendencias, las cuales no son nuevas para Estados Unidos, pero que se han ido profundizando desde el 20 de enero de 2025?
En primer lugar, la infraestructura estadounidense está colapsando. Imaginamos, por un momento, que el aeropuerto de Shanghái demuestre los mismos problemas que el de Newark. Ya los medios occidentales estarían hablando del “Hombre enfermo de Asia”,[5] declarando la muerte del gigante asiático. Pero Newark es solo un ejemplo de toda la infraestructura del país, la cual sufre de un deterioro severo y estructural, y tiene décadas sin ser abordado. En pocas palabras, “the Empire is crumbling from within”.[6] De lo que se puede ver, el Gobierno del señor Trump no tiene tiempo para abordar este grave desastre, ya que está muy ocupado cambiando los nombres de los golfos, y pidiendo pase gratis para los barcos gringos en Panamá y Egipto.
Los científicos, los intelectuales, las universidades, los centros de investigaciones, todos colectivamente son los únicos que efectivamente pueden hacer que Estados Unidos logre “competir” contra países como Rusia, China y el resto de Asia. Mientras estos países avanzan en fortalecer sus centros científicos y sus expresiones culturales, el señor Trump está destruyendo los de su país, paulatinamente, aunque estos ya tienen décadas de destrucción acumulada, desde los tiempos de los señores William Clinton y George Walker Bush, entre otros.
¿Qué tipo de futuro le espera a Estados Unidos, cuando los únicos que pueden competir con las potencias asiáticas (China, India, Indonesia, Singapur, la lista es larga), son uno de los más asustados de, y perseguidos por, sus propios Gobiernos? Hedges lamenta la pérdida del “Estado de derecho y la transparencia” en su país, ¿Y qué de la productividad intelectual y científica, la que crece vertiginosamente en Asia, y muere calamitosamente en “Trumpland”? Dejo al lector llegar a sus propias conclusiones.
[4] Una palabra que es empleada repetidamente por la actual administración política del Señor Trump para designar a las personas que trabajaban para el gobierno federal, y que ahora ya no están empleados, porque no hay más trabajo disponible para ellos.
[5] El “Hombre Enfermo de Europa” era un término empleado por los europeos para hacer referencia al declive y eventual colapso del imperio otomano, durante el Siglo XIX y comienzo del XX.
[6] Frase que se utiliza mucho estos días en Estados Unidos: “El Imperio se está desmoronando desde dentro”.
Autor: Omar Hassaan Fariñas
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