La crisis humanitaria en Sudán se agrava en medio del fracaso de los esfuerzos de paz

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Unos 30,4 millones de personas necesitan asistencia humanitaria urgente, que incluye alimentos, agua y atención médica. Foto: ACNUR


Por: Fadi Alí

7 de mayo de 2025 Hora: 18:09

Sudán, uno de los países más pobres de África, enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes desde que estalló el conflicto armado en abril de 2023 entre las dos facciones de las Fuerzas Armadas Sudanesas: el ejército, liderado por Abdel Fattah al-Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido, comandadas por Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti).

La violencia, que se expandió de Jartum a Darfur y otros estados, ha causado decenas de miles de muertes y desplazado a millones. Los repetidos intentos de paz han fracasado debido a la intransigencia del ejército y su alianza con el Movimiento Islámico y los Hermanos Musulmanes.

Según informes de las Naciones Unidas, más de 61 .000 personas han sido asesinadas solo en el Estado de Jartum hasta noviembre de 2024, de las cuales 26 .000 murieron por violencia directa.

Más de 9 millones se desplazaron internamente y casi 3 millones huyeron a países vecinos como Chad y Egipto.

Unos 30,4 millones de personas—dos tercios de la población de Sudán—necesitan asistencia humanitaria urgente, que incluye alimentos, agua y atención médica.

Unos 25 millones de personas sufren inseguridad alimentaria grave, con condiciones de hambruna confirmadas en cinco áreas de Darfur del Norte y las Montañas Nuba.

El Programa Mundial de Alimentos advirtió que el 90 por ciento de los afectados por la hambruna de emergencia no pueden ser alcanzados debido a las restricciones a la ayuda.

Cientos de escuelas y más de 100 instalaciones universitarias han sido destruidas y convertidas en refugios para desplazados.

Alrededor de 400 instalaciones industriales y 100 bancos han sido saqueados, provocando el colapso de una economía ya frágil, que se espera se contraiga hasta un 28 por ciento en 2024.

UNICEF y organizaciones de derechos humanos han documentado violaciones grupales a mujeres y niños, incluidos lactantes.

En el Estado de Al-Jazira, informes de octubre describen suicidios de mujeres tras campañas de violación perpetradas por unidades del ejército y milicias aliadas.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos registró 500 desapariciones forzadas—entre ellas 24 mujeres—con muchos detenidos torturados en instalaciones mayoritariamente controladas por las fuerzas armadas.

Todos los esfuerzos de paz, incluidas las negociaciones de Jeddah y las iniciativas de la Unión Africana, han fracasado debido a la intransigencia del ejército sudanés y sus estrechos vínculos con el Movimiento Islámico y los Hermanos Musulmanes.

Informes internacionales indican que el ejército ha reforzado su influencia al reclutar milicias islamistas extremistas, algunas vinculadas a Al Qaeda y al ISIS.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos declaró:

“La impunidad alimenta violaciones graves en Sudán mientras actores extremistas participan en el conflicto.”

Una fuente de los comités de resistencia sudaneses confirmó que el ejército depende de milicias islamistas radicales, lo cual obstaculiza cualquier avance hacia la paz.

Human Rights Watch informó que milicias pro‑ejército atacaron a civiles en Darfur, mientras un informe de la ONU documentó asesinatos brutales —como la decapitación de estudiantes en el Norte de Kordofán—llevados a cabo por hombres con uniformes militares.

El regreso de oficiales del régimen del expresidente Omar al‑Bashir—derrocado en 2019—como Ahmed Haroun, buscado por la Corte Penal Internacional, ha fortalecido la influencia islamista dentro del ejército.

El Gobierno islamista de Bashir, en el poder desde el golpe de 1989, supervisó guerras, conflictos y atrocidades, lo que llevó a la ONU en 2003 a acusar al ejército de crímenes de guerra y genocidio en Darfur.

Las organizaciones de socorro han sufrido saqueos y las autoridades han impuesto restricciones a la asistencia, empeorando el sufrimiento de los civiles.

En febrero de 2025, las Naciones Unidas lanzaron un llamamiento de 4. 200 millones de dólares para cubrir las necesidades humanitarias, incluidos 1. 800 millones de dólares para refugiados en países vecinos.

Sudán está al borde de una catástrofe humanitaria integral.

El aumento de violaciones de derechos, el agravamiento del hambre y el desplazamiento, y el fracaso de los esfuerzos de paz—atribuibles a la obstinación del ejército y su alianza con grupos islamistas—amenazan con prolongar el conflicto.

Se requiere con urgencia la intervención internacional para garantizar la rendición de cuentas, entregar ayuda y devolver la esperanza a los millones de sudaneses que sufren los estragos de la guerra.

Autor: Fadi Alí

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