La tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3) se inauguró este lunes en Niza, Francia, con enérgicos llamados a acelerar la acción y movilizar a todos los actores para conservar y utilizar de forma sostenible el océano.

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Coorganizada por los Gobiernos de Francia y Costa Rica, la cumbre busca enfrentar la creciente presión que sufren los océanos debido al cambio climático y la actividad humana, con el objetivo de impulsar medidas urgentes para la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 14: lograr conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para 2030.

Temas clave a debatir incluyen la ratificación del Tratado sobre la Diversidad Biológica Marina (Acuerdo BBNJ), adoptado en 2023, cuya entrada en vigor es crucial para la salud y la resiliencia del océano y para alcanzar la meta de proteger el 30 por ciento del océano para 2030.

También se buscará un compromiso firme para un tratado global y legalmente vinculante que frene la contaminación por plásticos, cuyas negociaciones se reanudarán en agosto de 2025.

Además, se impulsa el fin de las prácticas pesqueras ilegales, no declaradas y no reglamentadas, fomentando enfoques basados en la ciencia y liderados por la comunidad para reconstruir las poblaciones de peces.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en su discurso inaugural, afirmó que «vivimos en una época turbulenta, pero la determinación que veo aquí me da esperanza».

Guterres lamentó que «estamos fallando al océano, que es el recurso compartido por excelencia», y enfatizó que «sin un océano sano, no puede haber un planeta sano».

Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, hizo un llamado a «revitalizar el multilateralismo» y movilizar a todos los actores, desde jefes de Estado hasta científicos.

Asimismo, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, declaró que cuidar el océano no es una opción, sino «una cuestión moral, económica y, de hecho, necesitamos una protección mínima».

Esta cumbre tiene lugar cuando los océanos están bajo una presión sin precedentes. Por ejemplo, el año 2024 batió todos los récords mundiales de calor, tanto en tierra como en el mar, lo que ha afectado gravemente la vida marina y ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los ecosistemas.

La contaminación, la sobrepesca y la pérdida de biodiversidad están llevando a los ecosistemas marinos al borde del abismo, según la ONU.

Expertos señalan que el exceso de gases de efecto invernadero está calentando el océano al doble del ritmo de hace 20 años, con consecuencias preocupantes como la pérdida de biodiversidad, el aumento del nivel del mar y la alteración de las corrientes oceánicas.

Se espera que la Conferencia adopte el Plan de Acción de Niza para los Océanos, una declaración política negociada intergubernamentalmente que, junto con un registro de compromisos voluntarios, busca catalizar acciones urgentes, inclusivas y basadas en la ciencia.

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