En medio de un clima de histeria antirrusa, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) emitió un llamado urgente a los países europeos para que quintupliquen sus fuerzas de defensa aérea terrestre e invocó una supuesta amenaza de invasión por parte de Moscú.

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Esta solicitud, que se enmarca en la necesidad de llenar un vacío en respuesta a la «amenaza de la agresión rusa», será un tema central de discusión en la próxima reunión de ministros de Defensa de la Alianza en Bruselas, programada para el próximo 5 de junio.

Un funcionario anónimo de la OTAN señaló que la alianza redujo significativamente estos sistemas en Europa durante las últimas tres décadas, reorientando su enfoque hacia Medio Oriente y el norte de África.

Ahora, el bloque militar, conocido por su belicismo, busca revertir esta tendencia para fortalecer urgentemente sus defensas, incluyendo la adquisición de los mejores vehículos aéreos no tripulados (UAV), misiles y aviones de combate disponibles.

Aunque el aumento de las fuerzas de defensa aérea servirá como un objetivo general para los miembros europeos, las cifras finales exactas variarán según el país, y el plazo para la implementación de estas medidas aún no se ha determinado.

Esta acción de la OTAN se produce en un contexto donde Rusia ha observado una actividad «sin precedentes» del bloque en sus fronteras occidentales, con la alianza expandiendo sus iniciativas bajo la justificación de disuadir la agresión.

Moscú ha expresado reiteradamente su preocupación por el aumento de las fuerzas de la OTAN en Europa, y su Ministerio de Asuntos Exteriores declaró estar abierto al diálogo con el bloque, pero siempre en igualdad de condiciones, y exigió que Occidente abandone su rumbo hacia la militarización del continente.

En paralelo, otros miembros de la alianza están impulsando un incremento aún mayor en el gasto militar. Los presidentes de Lituania, Gitanas Nausėda, y de Polonia, Andrzej Duda, anunciaron que defenderán de manera conjunta en la próxima cumbre de la OTAN en La Haya (24-26 de junio) que todos los miembros de la Alianza Atlántica gasten un 5 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en Defensa.

Nausėda y Duda aspiran a que sus propios países logren este 5 por ciento de gasto ya el próximo año, lo que, según Nausėda, demuestra su «seriedad ante la cambiante situación geopolítica».

Respecto a la composición de este 5 por ciento, se ha discutido que el 3,5 por ciento podría destinarse a armas y equipos de combate, y el 1,5 por ciento restante a cubrir gastos paralelos como infraestructura de doble uso.

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