Megacentro de datos para IA en Texas amenaza disponibilidad de agua y energía

El proyecto Stargate de OpenAI consumirá más de 180 mil millones de litros de agua al día y la energía equivalente a la necesaria para abastecer a 750.000 hogares.

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El centro de datos Stargate I se ubica en Abilene, estado de Texas, contará con más de 2 millones de chips y permitirá generar 4,5 GW adicionales de capacidad. Foto: OpenAI


1 de agosto de 2025 Hora: 10:33

El estado de Texas, a pesar de haber enfrentado recientes inundaciones, mantiene amplias zonas bajo condiciones de sequía. En este contexto, la instalación de centros de datos de inteligencia artificial (IA) ha generado preocupaciónpor su impacto en los recursos hídricos y energéticos.

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Proyectos como Stargate, liderado por OpenAI, Oracle y SoftBank, representan una nueva ola de infraestructura tecnológica que requiere grandes volúmenes de agua para refrigeración y energía constante para operar.

Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, figura central en este desarrollo y nuevo primer aliado tecnológico de Donald Trump tras las diferencias con Elon Musk, dirige la construcción del campus Stargate en Abilene, Texas. El proyecto, anunciado en enero de 2025 por el presidente estadounidense, prevé una inversión de 500.000 millones de dólares para construir 20 centros de datos en Estados Unidos, siendo este el primero.

El campus ocupará una superficie seis o siete veces mayor a la Ciudad del Vaticano. Se estima que, una vez operativo, consumirá energía equivalente a la necesaria para abastecer a 750.000 hogares. De hecho, para cubrir esta demanda, OpenAI construye una planta de gas natural exclusiva para alimentar el centro.

Un centro de datos de tamaño medio consume aproximadamente 1,14 millones de litros de agua diarios, equivalente al uso de mil hogares. Los más grandes pueden llegar a 17 millones de litros al día. Según estimaciones del Centro de Investigación Avanzada de Houston (HARC), los centros de datos en Texas consumirán 185 500 millones de litros de agua en 2025. Para 2030, esa cifra podría alcanzar los 1,51 billones de litros, lo que representaría el 6,6% del uso total de agua en el estado.

El sistema de refrigeración por evaporación, utilizado por la mayoría de estos centros, implica la pérdida de agua en forma de vapor. Tras varios ciclos, el agua residual se vuelve salina y debe ser descartada. Robert Mace, del Centro Meadows para el Agua y el Medio Ambiente de la Universidad Estatal de Texas, explica que este proceso genera una pérdida irreversible de recursos hídricos. Aunque Stargate planea usar un sistema de circuito cerrado, expertos como Margaret Cook, de HARC, cuestionan su eficiencia a largo plazo, dado que es imposible recircular indefinidamente el mismo volumen de agua sin pérdidas térmicas.

La Junta de Desarrollo del Agua de Texas, encargada de elaborar el Plan Estatal del Agua cada cinco años, no incluye aún el consumo de los centros de datos en sus proyecciones. Cook advierte que las comunidades que autorizan estos proyectos podrían agotar su asignación futura de agua, afectando su acceso en ciclos de financiamiento posteriores.

Este crecimiento tecnológico se produce en paralelo con una expansión poblacional proyectada del 10% cada década en Texas, lo que incrementa la competencia por recursos. ERCOT prevé que para 2031 la demanda de electricidad alcance los 218 gigavatios, casi el doble de los 85 GW registrados en 2024, en gran parte impulsada por los centros de datos.

IA, geopolítica y Venezuela

En tanto, la apuesta de Washington a la inversión en centros de IA influye también en decisiones geopolíticas. El 25 de julio de 2025, el gobierno venezolano confirmó que Chevron recibió nuevas licencias para continuar sus operaciones en el país. Esta medida se enmarca en un proceso de negociaciones entre Washington y Caracas, que incluyó el canje de detenidos el 18 de julio. Aunque los términos exactos no han sido divulgados, la licencia amplía la capacidad operativa de la empresa.

Indirectamente, esta acción podría ser continuada con la habilitación sin restricciones de proyectos energéticos como el de Campo Dragón, un proyecto conjunto entre Trinidad y Tobago y Venezuela, con inversiones de NGC Exploration & Production Ltd (NGC) y Shell. Este yacimiento se estima que puede producir 150 millones de pies cúbicos por día en el primer año, con planes de aumentar a 300 millones de pies cúbicos más adelante.

Estos insumos serían vitales para Estados Unidos. La Administración de Información de Energía (EIA) proyecta que la demanda eléctrica estadounidense alcanzará 4.278 billones de kWh en 2026, un récord. Parte de este aumento se atribuye al uso de electricidad en centros de datos para IA y criptomonedas. La OPEP, en su World Oil Outlook 2025, prevé que la demanda global de energía primaria aumente un 23% entre 2024 y 2050, manteniendo al petróleo como fuente dominante con cerca del 30% del mix energético.

En tanto, el crudo pesado venezolano es clave para las refinerías del Golfo de EE.UU., diseñadas específicamente para procesarlo. Mike Wirth, CEO de Chevron, ha señalado que Venezuela ofrece condiciones logísticas y económicas únicas. Miguel Jaimes, especialista en geopolítica del petróleo, afirma que la decisión de Washington responde a intereses estratégicos, dada la disminución de la producción petrolera interna y la necesidad de estabilizar el suministro energético.

Autor: teleSUR - NH

Fuente: OpenAI - teleSUR - The Austin Chronicle