Nuevo terremoto sacude Kamtchatka, el más fuerte del mundo desde 2011

El evento, que se ha convertido en el más fuerte desde 1952 en esta zona, es también el octavo más intenso registrado a nivel global, superado este siglo por el ocurrido en Tohoku (Japón) en el año 2011, que alcanzó los 9,1.

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Los especialistas estiman que la secuencia de temblores secundarios podría continuar durante meses. Foto: Captura de pantalla @AlTopeyPunto198


31 de julio de 2025 Hora: 09:13

La remota península de Kamchatka, ubicada en el extremo oriental de Rusia, continuó este jueves bajo sacudidas sísmicas constantes tras el potente terremoto de magnitud 8,8 que azotó la región el día anterior.

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El sismo, ocurrido a una profundidad de 20,7 kilómetros, generó una serie de al menos ocho réplicas en apenas una hora, con intensidades que oscilaron entre 4,5 y 6,7 grados, según reportó el Servicio Geofísico Unificado de Rusia a través de su canal oficial de Telegram.

A pesar de la magnitud de los movimientos, las autoridades no emitieron alertas de tsunami en esta ocasión. Sin embargo, durante el terremoto principal sí se habían extendido advertencias de olas peligrosas a lo largo del Pacífico, incluyendo áreas como Japón, Hawái, la costa oeste de Estados Unidos y partes de América Latina.

En cuanto al impacto ambiental, expertos como Román Pukálov, responsable de programas de protección ambiental de Patrulla Verde, afirmó que “o veo consecuencias importantes. Sólo algunos leones marinos fueron alcanzados por la caída de rocas. Lo principal es que esta vez no hubo accidentes en las centrales nucleares japonesas”.

Kamchatka es reconocida por su intensa actividad geológica, con una alta concentración de volcanes activos que representan una amenaza frecuente para la navegación aérea debido a las columnas de ceniza.

Tras el terremoto de este miércoles, el volcán Klyuchevsky, uno de los más grandes y activos de Eurasia, entró en erupción. El Servicio Geofísico Unificado confirmó que se observaron flujos de lava descendiendo por su flanco occidental, acompañados de resplandores visibles desde estaciones cercanas y explosiones que elevaron la alerta regional.

Esta actividad volcánica no fue sorpresiva, teniendo en cuenta que, en las semanas previas al sismo, el observatorio KVERT ya había detectado señales de incremento térmico en el volcán, visibles en imágenes satelitales.

Entre el 11 y 17 de julio, se mantenía una alerta naranja, indicando actividad elevada con posibilidad de erupciones. Informes anteriores, como el del 28 de mayo al 3 de junio, ya daban cuenta de columnas de ceniza que alcanzaban hasta 6,5 kilómetros de altura y recorrían varios kilómetros, impulsadas por el viento.

El terremoto ocurrió en una zona de subducción, donde la placa tectónica del Pacífico se desliza bajo la placa de América del Norte, un fenómeno que suele generar eventos sísmicos de gran magnitud.

Autor: teleSUR: idg-CC

Fuente: Agencias