En una ofensiva cuidadosamente dirigida, Irán lanzó misiles de largo alcance contra objetivos estratégicos del régimen israelí en el sur de la Palestina ocupada y en el núcleo financiero de Tel Aviv. El ataque fue confirmado por fuentes iraníes y generó daños importantes en infraestructura militar y económica, sin impacto directo sobre la población civil.

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Uno de los principales blancos fue el cuartel general de comando e inteligencia del ejército israelí, ubicado en Bir Al-Sabi’ (Beersheba). Según la agencia iraní IRNA, el complejo militar forma parte del Parque Tecnológico Gav Yam e incluye unidades de operaciones cibernéticas, comando digital y sistemas C4ISR. Aunque un hospital cercano fue alcanzado por la onda expansiva, no sufrió daños significativos, de acuerdo con los reportes.

El ataque también tuvo un fuerte componente simbólico y económico. Misiles iraníes impactaron en Ramat Gan, centro financiero de Israel, donde se encuentran el Intercambio de Diamantes, la Bolsa de Tel Aviv, las Torres Moshe Aviv, y una zona de alta tecnología apodada el «Silicon Valley israelí».

Según medios iraníes, los daños en la bolsa de valores provocaron pérdidas estimadas en 475.000 millones de dólares.

En paralelo, el mayor general Abdolrahim Mousavi, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, visitó el Centro de Comando de la Fuerza Aeroespacial del CGRI (Cuerpos de la guardia Revolucionaria islámica) para evaluar la operación.

Mousavi elogió la precisión y el impacto del ataque, destacando el rol de la Guardia Revolucionaria Islámica en la defensa estratégica de la República Islámica.

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