El régimen israelí lanzó un nuevo ataque contra infraestructuras estratégicas en Irán, centrando sus bombardeos en el reactor de investigación de agua pesada de Khandab, en la región de Arak, aún en fase de construcción.

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La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) confirmó que no había material nuclear en el lugar, por lo que no existe riesgo de radiación.

Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el ataque busca desmantelar infraestructuras militares iraníes. La ofensiva comenzó la madrugada del jueves 19 de junio con una oleada de bombardeos sobre Teherán, Karaj y otras zonas. Al mismo tiempo, Israel emitió una orden de evacuación inmediata para los habitantes de Arak y Khandab, a unos 300 kilómetros al suroeste de la capital iraní.

El portavoz del ejército israelí para medios árabes, Avichay Adraee, declaró en X: «Por su seguridad, pedimos a los ciudadanos abandonar el área designada en las ciudades de Arak y Khandab».

Este es el séptimo día consecutivo de ataques israelíes sobre Irán, como parte de una campaña militar que ya ha dejado 224 muertos según cifras oficiales del gobierno iraní. Medios como internacionales y locales confirmaron explosiones en distintos puntos del país.

En respuesta, Irán ha lanzado contraataques que han causado la muerte de al menos 24 personas en territorio israelí.

La Organización de Energía Atómica de Irán denunció el bombardeo del reactor de Khondab como un acto criminal, aunque informó que no hubo víctimas humanas ni daños a los residentes, gracias a las medidas preventivas adoptadas.

El organismo iraní acusó además a la AIEA de pasividad: “La Agencia ha sido informada en varias ocasiones sobre estos ataques, pero hasta ahora no ha tomado medidas”.

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