Inundaciones en Texas: Entre cambio climático y mala gestión política
Los recortes presupuestarios, el negacionismo climático y la respuesta tardía han intensificado el debate sobre la responsabilidad de la administración Trump.

La Administración Trump enfrenta críticas por recortes al NWS, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA). Foto: EFE.
7 de julio de 2025 Hora: 21:37
Las inundaciones repentinas que devastaron Texas Hill Country el pasado viernes, con más de 100 fallecidos y decenas de desaparecidos, han evidenciado la mala gestión de sistemas de alerta en Estados Unidos (EE.UU.), la superpotencia mundial, bajo la Administración del presidente Donald Trump, cuyas posturas negacionistas sobre el cambio climático agravan la vulnerabilidad ante eventos meteorológicos extremos.
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El desborde del río Guadalupe, que creció 26 pies en 45 minutos, sorprendió a comunidades como Kerrville y expuso fallos estructurales en la preparación para desastres.
Entre esos fallos, figura el aviso tardío de inundación del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) emitido a a las 13H18 (hora local) del jueves, 12 horas antes del desastre, con una clasificación de “moderado”.
Acto seguido, las alertas automáticas a celulares se intensificaron a las 16H03 del viernes, con una advertencia de peligro catastrófico, pero la tardanza y la falta de claridad impidieron evacuaciones efectivas.
Jonathan Porter, meteorólogo jefe de AccuWeather, señaló que alertas más precisas habrían reducido víctimas.
No obstante, también se exponen justificaciones como la de que el condado de Kerr descartó años atrás un sistema de sirenas para inundaciones por costos elevados, según el sheriff Larry Leitha, quien afirmó que «la población se horrorizó por el coste”.
La limitada infraestructura de monitoreo en áreas rurales, junto con la rapidez nocturna del desborde, dejó comunidades desprevenidas. Expertos señalan que la ausencia de tecnología moderna, paródicamente en el país con el «súper desarrollo», de alerta en tiempo real contribuyó a la magnitud de la tragedia.
Recortes presupuestarios bajo Trump
Vale acotar también que la Administración Trump enfrenta críticas por recortes al NWS, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
En 2025, Trump aprobó un presupuesto que eliminó programas de investigación climática y redujo fondos para pronósticos meteorológicos, lo que debilitó la capacidad de respuesta.
Alan Gerard, experto en meteorología, dijo que «abandonar la ciencia climática limita la preparación ante desastres”. Estos recortes contrastan desafortunadamente con la frecuencia creciente de eventos climáticos extremos en Estados Unidos.
El presidente, en declaraciones el domingo, evitó la responsabilidad y atribuyó los fallos a la Administración de Joe Biden: “Eso fue culpa de Biden, pero tampoco lo culparía”, dijo.
Esta contradicción ha generado controversia, especialmente porque la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que los sistemas de alerta no presentaron errores, aunque reconoció su obsolescencia.
En medio del caos vale exponer que la tragedia golpeó al campamento infantil Camp Mystic, donde 27 personas, incluidas niñas y el director Dick Eastland, fallecieron.
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Sobrevivientes como Christian Fell relataron cómo se aferraron a objetos para sobrevivir, mientras las hermanas Blair y Brooke Harber murieron tomadas de la mano.
Asimismo, comunidades migrantes, mayoritariamente latinas y empleadas en agricultura, enfrentaron mayores riesgos al residir en zonas vulnerables cerca del río Guadalupe. Ante ello, organizaciones locales denunciaron que estas poblaciones carecen de acceso a información de emergencia, lo que agravó su exposición.
Aunque no existen cifras específicas de víctimas migrantes, su situación destaca las desigualdades en la respuesta a desastres.
Bajo Trump, EE.UU. permanece fuera del Acuerdo de París, tras su retiro en 2017. Su negacionismo climático, que minimiza la relación entre fenómenos extremos y el calentamiento global, ha recibido críticas ante las lluvias torrenciales en Texas, vinculadas por expertos a patrones climáticos alterados.
La falta de acción contrasta con la urgencia de fortalecer la alerta ante desastres. Trump firmó una declaración de desastre mayor para liberar fondos federales y anunció una visita a Texas.
Sin embargo, la narrativa oficial, respaldada por Noem y el gobernador Greg Abbott, insiste en que el evento fue imprevisible.
Las inundaciones en Texas Hill Country, con más de 100 víctimas, exponen los fallos de una superpotencia mundial.
Autor: teleSUR - ahf - YSM
Fuente: Medios estadounidenses - NWS Austin - Futuro Vegetal