La Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) de Estados Unidos (EE.UU.) en una evaluación reciente apuntó a que los ataques aéreos estadounidenses contra las instalaciones nucleares de Irán no destruyeron los elementos centrales de su programa nuclear, contradiciendo al presidente Donald Trump.

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El Comando Central de EE.UU. (CENTCOM) emitió el informe de evaluación tomando en cuenta una batalla ejecutada tras la agresión del domingo por la mañana y contradicen las reiteradas afirmaciones de Donald Trump de que los ataques «destruyeron total y completamente» la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán.

En tanto, el secretario de Defensa de EE.UU. repitió las aseveraciones de Trump asegurando que los propósitos nucleares de Irán «han sido destruidos».

Medios de prensa, citando informaciones aportadas por la DIA, aseguraron que las reservas de uranio enriquecido de Irán persisten ilesas, y detallaron que las centrifugadoras agredidas tuvieron pocos impactos.

La Casa Blanca reconoció la evaluación del servicio de inteligencia, pero rechazó las conclusiones, en tanto, los expertos aseguraron que las agresiones violan el derecho internacional.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en un comunicado en respuesta a la evaluación, declaró que «la filtración de esta supuesta evaluación es un claro intento de menospreciar al presidente Trump y desacreditar a los valientes pilotos de combate que llevaron a cabo una misión impecable para aniquilar el programa nuclear iraní. Todos sabemos lo que ocurre cuando se lanzan catorce bombas de 13.600 kilos sobre sus objetivos: aniquilación total».

Las Fuerzas Armadas iraníes habían resistido los ataques de Israel días previos a la agresión estadounidense. Asimismo, enfrentaron los ataques estadounidenses contra instalaciones nucleares. Como represalia, Irán atacó la base militar estadounidense de Al-Udeid en Qatar el lunes.

Los medios de comunicación refieren que los bombarderos B-2 estadounidenses extendieron más de una docena de estas bombas contra tres objetivos principales, no obstante, los ataques no alcanzaron destruir por completo las centrifugadoras ni el uranio enriquecido de las instalaciones.

Las afectaciones en las tres instalaciones agredidas (Fordow, Natanz e Isfahán) se circunscribieron a las estructuras superficiales, conteniendo los sistemas de energía y las instalaciones usadas para convertir el uranio en metal apto para armas, informaron  fuentes citadas por los medios.

El experto en armas nucleares del Instituto de Estudios Internacionales de Middlebury, Jeffrey Lewis, declaró que las imágenes satelitales comerciales de las instalaciones nucleares amparan la evaluación de que el programa nuclear iraní persiste casi intacto.

«El alto el fuego se produjo sin que ni Israel ni Estados Unidos pudieran destruir varias instalaciones nucleares subterráneas clave, incluidas las cercanas a Natanz, Isfahán y Parchin«, declaró Lewis.

«Estas instalaciones podrían servir de base para la rápida reconstitución del programa nuclear iraní«, agregó el experto.

Por su parte, las autoridades de Irán desmintieron las declaraciones sobre la destrucción del programa de enriquecimiento nuclear autóctono debido a la agresión estadounidense y se comprometieron a seguir trabajando.

El portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Behrouz Kamalvandi, reiteró que el programa nuclear de Irán continuará desarrollándose independientemente de las agresiones contra las instalaciones nucleares con fines pacíficos.

Aseguró que la industria nuclear de la nación está arraigada en la infraestructura científica y tecnológica y no puede ser desmantelada por los enemigos.

«Deben comprender que esta industria está arraigada en nuestra nación. No pueden desarraigarla», declaró Kamalvandi.

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