Hambruna en Gaza: Van por pan y hallan balas

“Fue a buscar comida y nunca regresó”: la historia de Abdullah Jendeia, un adolescente israelí de 19 años que fue asesinado por disparos del Ejército israelí cuando salió a buscar comida.

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Aún no hay medidas concretas para evitar la matanza de palestinos que ponen en riego sus vidas por algo de comida. Foto: EFE.


26 de julio de 2025 Hora: 13:56


Como Abdullah Jendeia, al menos 24 palestinos hambrientos fueron asesinados por disparos e incluso granadas del Ejército israelí este sábado mientras buscaban comida para sus familias en Gaza.

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Hambruna en Gaza: decenas de muertos en las últimas 24 horas

En los últimos días, el Ministerio de Sanidad de Gaza ha registrado 127 muertes de palestinos por inanición y desnutrición, 15 de ellas en un periodo de 24 horas. Informó que 85 de las víctimas resportadas hasta ahora son infantes. En la jornada de sábado los hospitales de la Franja registraron 5 nuevas muertes por esta causa en las últimas 24 horas.

En medio de esta terrible crisis los palestinos, principalmente los hombres, sean jóvenes o adultos, ponen en riego sus vidas para conseguir una ración mínima de alimentos en los puntos de falsa ayuda humanitaria, cuyos espacios se encuentran a más de cinco kilómetros de los campos de refugiados en Gaza, trayectoria que las personas deben recorrer a pie, pues la falta de combustible hace imposible acudir en trasnporte mecánico.

En estas semanas es común ver a los pocos cientos de palestinos que logran evadir la muerte con sacos de comida sobre sus espaldas, andando entre el polvo y los escombros a un compás lento, como quien lleva cargada la propia vida sobre los hombros. Vuelven a sus refugios inseguros —pues los ataques y mapas de evacuación de Israel prueban que toda la Franja es insegura—, luego de haber conseguido, con algo de suerte y mucha fe, un saco de harina para sus familias.

El camino no es fácil. Y no son todos los que terminan con la suerte de alcanzar comida. Algunos marchan de vuelta a esperar un nuevo día; una nueva oportunidad para comer, aunque sea un pedazo de pan.

Otros, simplemente, no regresan.

“Fue a buscar comida y nunca regresó”

Eran las cuatro de la tarde, cuando la hermana de Abdullah Jandeia, Nadreen, descansaba en la casa deteriorada de su madre en Al-Sabra, en el centro de Gaza. No tenían suficiente comida para los próximos días.

Su hermano insistió en ir a buscar al menos un poco de harina esa misma tarde.

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Abdullah Jendeia, de 19 años, fue asesinado por el Ejército israelí tras acudir a buscar comida para su familia.

«Le dije: ‘Come las pocas lentejas que nos quedan, pero se negó'», relata Nadreen.

Abdullah partió, acompañado de dos de sus hermanos y algunos cuñados, y caminó más de 5 kilómetros hacia el norte en busca de un camión de ayuda humanitaria que llega cada semana al corredor de Netzarim, una zona militar que separa el norte de Gaza de la zona sur.

Al caer el sol, Nadreen no había recibido ninguna noticia de su hermano.

Sobre las 11 de la noche, uno de los hermanos, Mahmoud, llamó a Nadreen para decirle que mientras esperaban junto al camión de ayuda humanitaria, los soldados israelíes habían abierto fuego de repente contra ellos.

Mahmoud le dijo a Nadreen que Abdullah había muerto y que él y el otro hermano habían resultado heridos.

«Le encantaba el fútbol y el deporte», recuerda Nadreen. Abdullah solía trabajar con los tenderos locales, ayudándoles a transportar frutas y verduras, y «soñaba con abrir un nuevo negocio después de la guerra».

La Resistencia Palestina afirmó que los disparos israelíes habían matado a un total de 93 personas y herido a decenas más en toda Gaza ese día, principalmente cerca de los puntos de ayuda.

Al referirse a un incidente específico en el norte de Gaza, el Ejército israelí confirmó que había lanzado “disparos de advertencia” contra una multitud «para eliminar una amenaza inmediata».

Testigos afirmaron que los muertos y heridos ese día solo eran civiles hambrientos.

Comida disfrazada de muerte

Durante la madrugada de este sábado al menos 24 personas murieron y más de 300 resultaron heridas por el fuego de ametralladoras del Ejército sionista cerca del puesto militar de Zikim, al noroeste de la urbe de Beit Lahia, mientras esperaban la llegada de camiones con ayuda, informó el hospital Al Shifa.

Un exmilitar que trabajó en un centro de distribución de comida en Gaza confirmó la matanza de palestinos desarmados por parte de las fuerzas israelíes y sus colegas estadounidenses. Se trata del teniente coronel Anthony Aguilar, exboina verde, quien fue reclutado para trabajar en la GHF (Fundación Humanitaria para Gaza), un programa gestionado por Israel y EE.UU. establecido para impedir la distribución de alimentos de las Naciones Unidas en Gaza, y provocar la muerte a los gazatíes a causa de la desnutrición.

En declaraciones a la agencia BBC, el teniente coronel presenció cómo las fuerzas israelíes atacaban a multitudes de palestinos, “disparando munición principal de un tanque contra un vehículo que transportaba civiles y morteros contra multitudes de personas hambrientas que esperaban comida”.

Sin duda, presencié crímenes de guerra por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Usar munición de artillería, mortero y tanque contra civiles desarmados es un crimen de guerra”, afirmó Aguilar al explicar por qué dejó el trabajo en Gaza.

Junto a esta declaración del teniente coronel, se encuentra la de dos contratistas estadounidenses que custodiaban los sitios de la GHF, que ofrecieron testimonios similares bajo condición de anonimato.

Declararon que los guardias estadounidenses lanzaban rutinariamente granadas aturdidoras y gas pimienta contra las multitudes. Uno de los contratistas aseguró que se disparaban balas en todas direcciones: al aire, al suelo y, en ocasiones, hacia civiles.

Las palabras no salvan vidas

Tras conocerse la noticia de los asesinatos de civiles en puntos de ayuda humanitaria, un portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Thameen al Kheetan, ofreció una sesión informativa en Ginebra condenando el sistema.

«La militarización de la entrega de alimentos para civiles, además de restringir o impedir el acceso a servicios básicos, constituye un crimen de guerra«, aseguró al Kheetan.

Por su parte, el director de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), declaró: «El supuesto mecanismo recién creado es una abominación que humilla y degrada a personas desesperadas. Es una trampa mortal que cuesta más vidas de las que salva».

Sin embargo, aún no hay medidas concretas para evitar la matanza de palestinos que ponen en riego sus vidas por algo de comida para sobrevivir en el infierno en el que Israel ha convertido a Gaza. Las palabras no salvan vidas.

Mientras tanto, Mahmoud al Ghura, un padre de cuatro hijas, contó a medios de prensa internacionales que su familia se limitaba a comer pan y sal, pero que no arriesgaría su vida para acudir a los centros de ayuda del GHF.

«Las llaman zonas de la muerte«, dijo al Ghura, quien habita en la ciudad de Gaza.

«Mi hijo ya ha sido martirizado. Me temo que, si fuera a buscar un saco de harina, volvería con mi cuerpo metido en un saco. Todos los días la gente va allí y muere. ¿Qué vamos a hacer?«.

Autor: teleSUR - cns - JDO

Fuente: ONU – Hispan TV – Agencias