Alrededor de 580 palestinos han fallecido desde el 17 de junio de 2025 intentando llegar a los puntos de distribución de alimentos de la Fundación Humanitaria de Gaza, o esperando a otros convoyes de ayuda, de acuerdo a las declaraciones del Ministerio de Sanidad de Gaza.

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Esta realidad se hace cada vez más abrumadora: el Programa Mundial de Seguridad Alimentaria, precisó que 1,2 millones de palestinos en Gaza sufren inseguridad alimentaria, incluidos 785.000 menores.

Y en el marco de esta realidad, el director general del Ministerio de Salud en la Franja de Gaza, Munir al-Barsh, denunció la muerte de 66 menores por la falta de alimentos como resultado del bloqueo impuesto por Israel contra ese territorio palestino.

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Al-Barsh insistió que los grupos más vulnerables, especialmente los niños, son las principales víctimas de la agresión en curso, iniciada en octubre de 2023, donde «las cifras reflejan la profundidad de la crisis humanitaria que enfrentan los residentes de Gaza porque el Ejército impide deliberadamente la entrada de alimentos y medicinas», recalcó.

Desde el 12 de mayo, según la información de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), 470.000 personas en Gaza se enfrentan al hambre catastrófica con reportes de fase 5 según el CIF, y toda la población sufre inseguridad alimentaria aguda.

El informe también prevía que 71.000 niños y más de 17.000 madres necesitarían tratamiento urgente por desnutrición aguda, mientras que a principios de 2025, las agencias estimaban que 60.000 niños necesitarían tratamiento.

Por otra parte, desde el cierre de los pasos fronterizos de Gaza, se registraron 8.923 casos de desnutrición infantil.

En este contexto, en una Conferencia de la Organización para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, el Papa Leon XIV ha criticado a los que usan el hambre como arma de guerra.

“Matar de hambre a la población es una forma muy barata de hacer la guerra”, aseguró el Pontífice, quien agregó que es “aún más triste y vergonzosa cuando nos damos cuenta de que la tierra es capaz de producir alimentos suficientes para todos los seres humanos”.

Venezuela: su postura ante esta realidad

Autoridades venezolanas, incluso el presidente del país, Nicolás Maduro, han encarado al alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, ante la ausencia de respuestas del organismo y de su persona ante el genocidio en Gaza, e incluso ante el secuestro y encarcelamiento de los migrantes venezolanos por parte de EE.UU. y El Salvador.    

Por su parte, el Ministerio Público de Venezuela, refirió que al alto comisionado “no le interesa la vida de los niños, de las madres y de los padres palestinos, le recuerdo que la mayoría de las familias de la Franja de Gaza sobreviven con media ración de comida al día y un tercio de ellas pasa días enteros sin comer como consecuencia de los continuos bombardeos israelíes sobre ese territorio palestino”.

Asimismo, al agregar que “su mala conciencia debe atormentarlo al saber que esos padres y madres se saltan comidas para que pueda alcanzar para sus hijos, los ancianos y los enfermos y usted por cobardía no hace ni dice absolutamente nada”, la Fiscalía puntualizó que “asquea su mal ejemplo al silenciar el genocidio que ejecuta Israel en Palestina: por lo que  le informo que desde el 27 de mayo, 549 palestinos han muerto y 4066 han resultado heridos solamente por intentar acceder a alimentos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza”.

Por otra parte, un total de 252 migrantes venezolanos se encuentran secuestrados en cárceles salvadoreñas, mientras que la derecha fascista dentro y fuera del país ha construido un discurso denigrante sobre la migración venezolana.

A pesar de las denuncias del Gobierno de Venezuela ante el alto comisionado de la ONU, Volker Türk, este tampoco se ha pronunciado a favor de los migrantes secuestrados en la cárcel de Nayib Bukele, ni en defensa de los migrantes de otros países que han sido enviados por Estados Unidos a la cárcel de la Base Naval que ese país ocupa ilegalmente en Guantánamo, Cuba.

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