A los 98 años de edad, falleció Enriqueta Rodríguez de Maroni, expresidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y figura emblemática en la lucha por la memoria, verdad y justicia en Argentina. La noticia fue confirmada este martes por la organización de derechos humanos que ella presidió entre 2022 y 2024, a través de un comunicado que anunció su despedida: “Te daremos la caricia postrera y nos iremos más huérfanxs, pero consoladxs por tu memoria luminosa”.

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Docente de vocación y militante incansable, Enriqueta dedicó su vida a exigir justicia por sus hijos desaparecidos, María Beatriz y Juan Patricio Maroni, secuestrados el 5 de abril de 1977 por un grupo de tareas del Primer Cuerpo del Ejército, bajo el mando del general Suárez Mason. Ambos fueron llevados al centro clandestino de detención “Club Atlético”, junto a sus respectivas parejas. La esposa de Juan Patricio fue liberada días después, pero él, su hermana y el esposo de María Beatriz, Carlos Alberto Rincón, continúan desaparecidos.

Su testimonio se volvió símbolo de resistencia cuando, durante una ronda frente a la Casa Rosada en plena dictadura, denunció ante cámaras extranjeras: “Han venido a nuestras casas, las han allanado y robado cuanto han querido. Han destrozado nuestras casas y nos han robado todo lo que tenemos. Y además a nuestros hijos nos han robado, nunca jamás supimos más nada de ellos. El Ejército lo ha hecho. ¡El Ejército!” 

Enriqueta fue una de las Madres entrevistadas por la televisión holandesa durante el Mundial de Fútbol Argentina 1978, en una de las marchas que desafiaban el silencio impuesto por el régimen. Su voz, firme y dolorosa, recorrió el mundo como testimonio de las atrocidades cometidas por la dictadura cívico-militar.

En una carta publicada en uno de los aniversarios del 24 de marzo, Enriqueta denunció que en Argentina “se quiso instaurar un plan de horror junto a un plan económico de marginalidad creciente, castigando al que pensaba distinto, siendo las fuerzas de seguridad los ‘mesiánicos’ que salvarían a la patria”. Y agregó: “Aquí hubo un plan siniestro hecho por individuos que hicieron del secuestro, detención, tortura y luego desaparición un ‘modo de vida’ durante varios años, los más oscuros de la historia argentina y una generación que se comprometió con la historia de su tiempo y de su pueblo”. 

A lo largo de su vida, Enriqueta mantuvo viva la memoria de sus hijos y de los miles de desaparecidos. “Tenemos todo el derecho del mundo a saber qué ha sido de nuestros seres queridos, desde ese mundo del silencio a la que los han condenado a ‘vivir’, golpean a nuestra conciencia y les decimos que no claudicaron nuestros reclamos de justicia, nuestra búsqueda de verdad, nuestra memoria y nuestro amor por ellos”, escribió en otra de sus cartas. 

Además de su labor como Madre de Plaza de Mayo, Enriqueta continuó enseñando en el barrio popular Cildañez de la ciudad de Buenos Aires, incluso después de la desaparición de sus hijos. Junto a su hija Margarita Maroni, hermana de María Beatriz y Juan Patricio, mantuvo activa la militancia por los derechos humanos. Fue también una de las impulsoras de la Tecnicatura de Música Popular de Madres, que funciona en la casa de Madres Nuestros Hijos la Vida y la Esperanza. 

Su legado permanece como faro de lucha y dignidad. Enriqueta Rodríguez de Maroni no solo fue madre de dos jóvenes desaparecidos, sino madre de una causa que sigue interpelando a la sociedad argentina: la búsqueda de justicia, la preservación de la memoria y el rechazo al olvido.

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