El presidente de la Asamblea Consultiva de Irán, Mohamed Baqer Qalibaf, reafirmó en una entrevista exclusiva con teleSUR la solidez de la alianza estratégica entre Teherán y Caracas, destacando que ambas naciones comparten una lucha histórica contra el colonialismo y el hegemonismo occidental.

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«La relación de Irán y Venezuela tiene el origen de las creencias de los dos pueblos», explicó Qalibaf al valorar los 75 años de relaciones diplomáticas que unen a ambos países. El alto funcionario iraní subrayó que esta alianza trasciende los gobiernos de turno y se fundamenta en «características de independencia y justicia» compartidas por ambos pueblos.

Revoluciones hermanas contra la arrogancia imperial

Qalibaf estableció un paralelismo entre la Revolución Islámica de Irán, liderada por el Imam Jomeini, y la Revolución Bolivariana de Venezuela, destacando que ambas surgieron de «la lucha contra la arrogancia y el colonialismo».

El dirigente iraní recordó el papel fundamental del comandante Hugo Chávez en el fortalecimiento de estos lazos bilaterales, enfatizando que «sin duda alguna el comandante Chávez también jugó un gran papel en esta relación».

Ambas naciones enfrentan presiones similares por parte de Estados Unidos, que según Qalibaf, «busca hacerle daño a Irán y a Venezuela con sanciones, con amenazas de guerra, con presiones políticas» contra sus respectivas revoluciones.

BRICS: La respuesta al unilateralismo

El funcionario iraní destacó el papel de alianzas como BRICS en la construcción de un orden mundial multipolar. «Alrededor de la mitad de la población mundial son miembros de ese grupo y casi el 39 por ciento de la economía mundial lo están moviendo esos países», señaló Qalibaf.

Esta nueva arquitectura económica incluye 11 países miembros que controlan el 25 por ciento del comercio mundial, lo que demuestra que «la dolarización mundial ya no tiene ese valor, no tiene esa fortaleza», según el análisis del dirigente iraní.

Los países del bloque han desarrollado sistemas bancarios alternativos que reemplazan al SWIFT, abarcando «continente americano, Asia, África, Europa» en una batalla por crear coherencia en diversos campos económicos y científicos.

Cooperación integral más allá de las sanciones

La alianza Irán-Venezuela ha trascendido las presiones externas mediante la firma de «decenas de convenios» en áreas económicas, políticas, culturales y medioambientales. Qalibaf destacó especialmente los avances en «empresas basadas en conocimiento y nuevas tecnologías».

«Seguramente en las malas y en las dificultades tenemos que estar uno al lado del otro», afirmó el funcionario iraní, subrayando que esta cooperación ha evolucionado «del sector público al sector privado» con encuentros empresariales entre comerciantes de ambos países.

En el sector energético, tanto Irán como Venezuela mantienen posiciones importantes en la OPEP, demostrando que «las sanciones ya no pueden servir como una herramienta para impactar esos gobiernos y esos países para arrodillarlos».

Tecnología nuclear: derecho soberano

Qalibaf defendió el programa nuclear iraní con fines pacíficos, cuestionando la doble moral estadounidense: «Ellos son uno de los productores, grandes productores de crudo, casi 20 millones de barriles están produciendo y utilizando. En este momento, en EE.UU., 100.000 MW de la electricidad que tiene se está generando a través de energía nuclear».

El dirigente iraní reiteró que su país «nunca está buscando la parte armamentística de la energía nuclear», garantizando el cumplimiento de las normas del Tratado de No Proliferación Nuclear bajo inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

La alianza Irán-Venezuela representa un modelo de resistencia soberana que desafía el orden unipolar, demostrando que la cooperación Sur-Sur constituye una alternativa viable al hegemonismo occidental en pleno declive.

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