El multimillonario y jefe de la empresa SpaceX de tecnología espacial, Elon Musk, arremetió nuevamente contra el plan presupuestario de Trump, y afirmó que la propuesta —denominada por el presidente como «grande y hermoso proyecto de ley»— podría «destruir millones de empleos en Estados Unidos y causar un inmenso daño estratégico al país».

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Mientras los republicanos pujan para aprobar el proyecto en el Senado, Musk intensifica sus críticas. «Absolutamente loco y destructivo. Le regala dinero a las industrias del pasado mientras daña severamente las industrias del futuro», indicó el magnate en la red social X, quien tuvo una dramática ruptura de alianza con Donald Trump durante el pasado mes de mayo, poco antes de terminar con su cargo en el Gobierno.

Musk, quien dirigió el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) creado por Trump para poner en práctica una motosierra de ajustes en el país, expresó su «decepción» con el plan en mayo. En un tuit en X publicó que el proyecto «eleva el techo de deuda a 5 billones de dólares —el mayor incremento histórico— poniendo a EE.UU. en ruta acelerada hacia la esclavitud de deuda».

El empresario compartió una publicación de Jesse Jenkins, profesor del Departamento de Energía de Princeton, quien calculó que el proyecto «matará» cientos de miles de millones de dólares en inversiones en energía y manufactura, aumentará la contaminación y reducirá la capacidad del país para competir con China en inteligencia artificial (IA).

Después de salir de su puesto en la Administración de Trump, el conservador se ha dado a la tarea de criticar decisiones del magnate, especialmente este plan que ha calificado como «abominación repugnante», y acusó a la Cámara de Representantes de haber cometido un «error» al aprobarlo, marcando uno de los principales roces en su relación con el mandatario.

El plan fiscal, aprobado el 22 de mayo por la Cámara de Representantes, le costaría a la deuda pública un estimado de 2,4 billones de dólares en la próxima década, según cálculos de la Oficina Presupuestaria del Congreso estadounidense.

Este proyecto no surge de la nada, sino que constituye una continuación de los recortes impuestos por el magnate durante su primer mandato en el país (2017-2021), eleva el gasto en defensa y militar del país, así como los gastos de los servicios de control migratorio; ello, mientras recortaría programas de asistencia como el Medicaid y los cupones de alimentación.

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