COP30 en la mira: Deforestación en estado clave de Brasil expone brecha entre discurso y acción ambiental

Pará, sede de la COP30, registra alta deforestación pese a promesas y la falta de acciones globales, según Brasil de Fato. Comunidades locales luchan contra avance de agro y minería.

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27 de mayo de 2025 Hora: 11:22

El estado de Pará, que albergará la COP30, se encuentra en el centro del debate debido a los altos índices de deforestación que contrastan con el discurso de compromiso ambiental. Según un informe de Brasil de Fato, a pesar de los esfuerzos y las promesas de reducción, la deforestación continúa avanzando en la región, poniendo en riesgo no solo la biodiversidad amazónica sino también a las comunidades tradicionales que dependen de ella.

Datos recientes revelan que Pará es el segundo estado de Brasil con mayor área deforestada, superado solo por Maranhão. Esta situación contradice el compromiso del país de reducir la deforestación y plantea interrogantes sobre la efectividad de las políticas ambientales implementadas hasta el momento.

Larissa Amorim, investigadora de Imazon, señala que la situación es preocupante, especialmente en áreas protegidas como la APA Tronco do Xingu, que lidera el ranking de deforestación. La falta de fiscalización y la presión de actividades ilegales como la minería y la tala indiscriminada contribuyen a la degradación del ecosistema.

La situación es aún más crítica para las comunidades tradicionales que habitan la región. Estos pueblos originarios que dependen de la selva para su subsistencia, se ven amenazadas por la expansión de la agroindustria y la minería, actividades que impulsan la deforestación y generan conflictos por la tierra.

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Un informe de la Comissão Pastoral da Terra (CPT) revela un aumento significativo de los conflictos por la tierra en Pará, lo que evidencia la presión que sufren las comunidades locales. A pesar de ello, estas se organizan y resisten, defendiendo su territorio y promoviendo prácticas sostenibles que contribuyen a la conservación de la Amazonía.

Los datos evidencian una marcada divergencia en las trayectorias de conflictividad entre ambas regiones. Matopiba exhibe una escalada particularmente pronunciada, con un incremento del 64% respecto a su máximo histórico previo de 2016, alcanzando 415 conflictos en 2024. Esta aceleración sugiere una intensificación de las presiones territoriales vinculadas a la expansión del agronegocio en los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía.

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En contraste, Amacro (Amazonas, Acre e Rondônia) muestra una progresión más moderada pero sostenida, registrando 185 casos en 2024, representando un incremento marginal de dos casos respecto al período anterior. Esta estabilización relativa puede indicar patrones de conflictividad más establecidos en la región amazónica.

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La Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) en la 39ª edición de la publicación «Conflictos en el Campo en Brasil», mostró datos sobre violencia y acciones de resistencia en el campo en 2024. A partir de los registros del Centro de Documentación Dom Tomás Balduino (Cedoc-CPT), observó una caída de casi el 3% en los conflictos en el campo en comparación con 2023, con 2.185 conflictos en 2024 frente a los 2.250 del año anterior, según datos actualizados del Cedoc-CPT.

Este continuo alto nivel de conflictos está directamente relacionado con el aumento de los conflictos por el agua, así como con el persistente aumento de los conflictos por la tierra, afectados por el creciente número de actos de violencia contra la ocupación y la posesión.

Autor: teleSUR: DRB

Fuente: Brasil de Fato - CPT