Los ataques de Israel en Jerusalén y Cisjordania aumentaron de manera progresiva el domingo, cuando los colonos hebreos causaron la muerte y múltiples heridas a varias personas.

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Un incidente ocurrió durante la noche del domingo, dejando a tres individuos heridos, en la localidad de Hizma, situada al noreste de Jerusalén ocupada.

Cisjordania se convirtió en el segundo epicentro del plan genocida de Israel, ya que ese mismo día los colonos abrieron fuego contra un anciano y un joven en la aldea de Susya, al sur de la gobernación de Hebrón.

En este contexto, tanto Jerusalén como Palestina no fueron los únicos lugares donde se vulneraron los derechos humanos a nivel internacional. En Khirbet Umm al-Khair, en Masafer Yatta, las fuerzas israelíes —o más precisamente, los colonos disfrazados como tales— hirieron a cuatro palestinos, entre ellos una mujer.

Asimismo, las aldeas de Masafer Yatta están constantemente expuestas a este tipo de agresiones y a otras aún más graves perpetradas por los colonos. Se destaca que la política de limpieza étnica es una prioridad para reestructurar las naciones en esta región.

Además, varios de estos colonos intentaron irrumpir y atacar una base militar en Cisjordania, según confirmó el Ejército de Israel. Como resultado de este ataque, un adolescente de 14 años fue víctima de un disparo y resultó herido la noche del viernes pasado.

La situación es preocupante; la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reportó al menos 23 ataques de colonos contra palestinos entre el 17 y el 23 de junio. Estos incidentes son sistemáticamente omitidos en la agenda de atención e investigación del Gobierno de Israel.

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